lunes, 2 de abril de 2012

the girl with the dragon tattoo (la chica del dragón tatuado)


El mundo oscuro de David Fincher (The Social Network, Seven) está plagado de rincones perversos para que sus personajes los descubran, abracen o intenten desesperadamente escapar. Son en general los recovecos de la mente más desordenados los que llaman la atención al director que, sin embargo, establece un mundo fílmico para retratarlos plagado de reglas y patrones identificables: las constantes que hacen que un film de David Fincher sea reconocible de inmediato como una obra de su autor.

The Girl with the Dragon Tattoo es la adaptación cinematográfica americana (ya existe una versión sueca) del best seller homónimo del fallecido Stieg Larsson, primer volumen de la "trilogía Millenium" y editado en América Latina bajo nombre de Los hombres que no amaban a las mujeres (de mayor fidelidad al título original en sueco). Mikael Blomkvist (Daniel Craig) es un periodista de la revista Millenium venido en desgracia por un caso de libelo (difamación escrita). En medio del escándalo mediático, Blomkvist recibe la oferta del empresario Henrik Vanger (Christopher Plummer) de alejarse durante una temporada a la localidad de Hedestad para investigar el irresoluto asesinato de su nieta 40 años antes. A cambio de esta investigación, Vagner asegura tener los elementos que prueban que Blomkvist es inocente de los cargos que lo condenaron. Para facilitar la investigación, Blomkvist recluta a Lisbeth Salander (Rooney Mara), la chica del dragón tatuado, una hacker antisocial con serios problemas de adaptación. A medida que el dúo se sumerge en las turbias dinámicas de la familia Vagner, la investigación se complejiza mientras resulta cada vez más evidente que existen actores a quienes no les conviene que la verdad se sepa.

Fincher retoma con TGWTDT su género de trabajo más tradicional luego de alejarse de cierta forma con The Social Network y The Curious Case of Benjamin Button, y demuestra que para un director de su calidad, un thriller oscuro con tintes psicológicos es como andar en bicicleta. El arte que Fincher a perfeccionado a lo largo de su filmografía es el de crear y manejar las tensiones en cada plano filmado independientemente de lo que se está narrando, y esa habilidad se pone de manifiesto en una película en la que considerable parte del metraje se destina a búsquedas web y trabajo informático. Continuando la línea de The Social Network, Fincher no interpreta el proceso de investigación online como una molestia de la que debe salir cuanto antes, sino como elemento cada vez más omnipresente en nuestra práctica cotidiana, pero que ofrece al cine un nuevo y fascinante medio para generar suspenso.


Pero lo que realmente motiva a Fincher es la exploración de la oscuridad que reside en el común de la gente. Oculta, subterránea simbólica y en ocasiones literalmente, el director plantea un universo en el que cualquiera puede esconder un turbio secreto, y es esa constante fincheriana la que le permite generar a su antojo algunos de los climas más tensos que recuerde el séptimo arte.

Apoyando a Fincher está su recurrente colaborador, el director de fotografía Jeff Cronenweth (nuevamente nominado al Oscar) que capta a la perfección la necesidad de Fincher de jugar con la oscuridad aún en planos dominados completamente por el blanco de la nieve. Quien también regresa es Trent Reznor, que junto a Atticus Ross componen la banda sonora del film. Si existe un equivalente musical a la labor cinematográfica de Fincher, ese es Trent Reznor, que nuevamente complementa a la perfección y con sencillez casi minimalista los siniestros encuadres del director.

4.0/5.0

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza

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