domingo, 29 de julio de 2012

the dark knight rises (el caballero de la noche asciende)




"why do we fall, Bruce? so we can learn to pick ourselves up"
Thomas Wayne - Batman Begins


La historia de Batman comienza con una caída: una caída literal; la del pequeño Bruce Wayne a una cueva llena de murciélagos en los territorios de la mansión Wayne. más tarde, pero aún en su infancia, Bruce experimentaría la peor de sus caídas: el asesinato de sus padres; el disparador, el detonante de su transformación en el caballero de la noche. La historia de Batman es una historia de caídas, pero lo que ha sido la constante en más de setenta años, aquello que hace a Batman algo más que un hombre, lo que lo convierte en el héroe más grande de todos los tiempos, es su capacidad para levantarse. En la historia de la civilización, en literatura, mitología, cine, las artes en general, la medida del héroe se toma precisamente desde ese lugar: la voluntad de sobreponerse a la adversidad; y es por eso que cuanto mayor sea la caída, de reponerse, mayor será el héroe. En la entrega final de la trilogía de Christopher Nolan (Memento, Inception) sobre el caballero de la noche, el director se pondrá como objetivo llevarnos a descubrir hasta dónde puede Batman levantarse. Hasta dónde es el héroe más grande de todos los tiempos.

Resulta casi imposible reseñar una película como The Dark Knight Rises de forma objetiva, cuando aprendí a leer con las historias de este personaje; cuando los primeros ahorros de mi niñez desaparecían en los quioscos a cambio de más aventuras; cuando luego de muchos años de sufrimiento por lo que el séptimo arte hacía con el héroe de mi infancia, en el ahora lejano 2005, aparecía Christopher Nolan diciendo "ÉSTE es Batman". Y ese era/es Batman. El Batman que leí toda mi vida. Batman Begins nos confirmó que no todo estaba perdido. Que se le podía hacer justicia fílmica a uno de los iconos culturales más importantes de los últimos setenta años; pero seguramente, en ese 2005, nadie imaginaba qué tan lejos iba Nolan a llegar. 

The Dark Knight Rises retoma el universo del hombre murciélago ocho años después de los eventos de The Dark Knight (2008). Batman desapareció de la acción y la ciudad entera lo cree responsable de la muerte de Harvey Dent. Bruce Wayne (Christian Bale) es ahora un lisiado ermitaño recluido en su reconstruida mansión con la única compañía de Alfred (Michael Caine). Gotham City se ha visto librada del crimen organizado luego de que la muerte de Dent inspirara la creación de "el acta Dent" y el consecuente saneamiento de la ciudad a manos del Comisionado James Gordon (Gary Oldman). Pero la aparente bonanza sostenida en una mentira no puede durar para siempre, y la llegada de Bane (Tom Hardy) se encargará de destruir las frágiles estructuras sociales en las que se sostiene Gotham City, forzando a Batman a salir de su exilio.

The Dark Knight Rises no es una secuela (en la acepción habitual que hacemos del término hablando de cine) de TDK o de Begins. Es un capítulo. De hecho es imposible entender este universo fílmico en su totalidad si no comprendemos que estamos hablando no de un film y sus secuelas, sino de una trilogía: tres entregas de una única gran historia que en TDKR se cierra finalmente y de forma definitiva, al menos en lo que a la participación de Nolan respecta. Cerrar el círculo implica resolver con coherencia los planteamientos que de alguna forma permanecen abiertos desde el inicio de este recorrido siete años atrás, y para hacerlo el director regresa al punto de origen, aquella semilla que plantara Ra´s Al Ghul a un encarcelado Bruce Wayne en los primeros minutos de Begins: "si se convierte en algo más que un hombre, si se dedica a un ideal y no pueden detenerlo, entonces se convierte en una cosa completamente diferente...una leyenda, Sr. Wayne". Ese es el camino que Bruce Wayne inicia en Begins, y que en TDKR llega a su clímax absoluto. Batman Begins se encargó de darle origen y lugar al héroe hasta la llegada de The Dark Knight (2008), responsable de destruir ese lugar finalizada la película. TDK es una reflexión casi abstracta del lugar que ocupan nuestros propios héroes, nuestros "ejemplos", el valor que la sociedad les otorga y en alguna medida, lo sencillo que resulta abandonarlos. Funcionando como iconos explícitos del orden y el caos, irremediablemente entrelazados, el enfrentamiento de Batman y el Joker es fascinante al extremo cuando se lo plantea en los términos que elije Nolan, filosóficos más que físicos. El final interpela sobre qué clase de héroes necesita una ciudad como Gotham City. La respuesta, una mentira orquestada por Batman y Gordon, persigue a los protagonistas aun ocho años más tarde al iniciar TDKR, y es en definitiva asumir el error y enmendar ese engaño lo que permitirá a Batman convertirse en el héroe que Gotham City merece y necesita. 

Como todo film de Nolan, TDKR es un gran rompecabezas cuyas piezas deben ser armadas con cuidado por el espectador, y si bien algunos puntos del guión que el director firma junto con su hermano Jonathan pueden parecer algo convenientes, sobre todo en la primera media hora de film, Nolan no es un alguien que subestime a su público y en TDKR es fiel a su constante cinematográfica de desafiarlo. En Nolan cada diálogo cuenta, cada detalle en el encuadre, cada palabra que pronuncian sus personajes puede ser una pieza más del complejo puzzle propuesto. La edición fragmentada solo respalda este concepto que el director de un film como Memento a perfeccionado a lo largo de los años. Aún así, separándose no en forma pero sí en contenido de su antecesora TDK, mucho más cerebral, TDKR apuesta fuerte a un cierre en el que el factor emocional es principal. Es imposible no vincularse afectivamente con este film y las emociones y sentimientos que lo pueblan. Nolan lanza a Batman al fondo de un abismo, literal y figuradamente; pocas veces en el cine un héroe recibe un castigo tan completo tanto a nivel físico como emocional. El concepto de "escalada" que Gordon introducía al final de Begins, y que Harvey Dent retoma en TDK cuando señala que la noche siempre es mucho más oscura antes del amanecer, se retoma a niveles extremos en TDKR, en donde efectivamente, es inconcebible que las cosas puedan estar todavía peor.  Pero retomando el primer párrafo de esta reseña, ahí está la medida del héroe, esa es la constante de Batman: se levanta. SIEMPRE se levanta, por que solo así se construyen las leyendas. Y TDKR termina de construir la leyenda de Batman dentro y fuera de la pantalla; no tengo ningún tipo de miedo en decir que esta trilogía es posiblemente, después de El Padrino de Coppola, la mejor trilogía cinematográfica (y no, no me olvidé de Star Wars o Lord of the Rings, simplemente creo que esto es mejor, quizás el tiempo me dé la razón)

Pero el rompecabezas intelectual de los guiones de Nolan no van en desmedro de la adrenalina, y en TDKR, el director vuelve a demostrar que es un técnico ejemplar a la hora de rodar acción. A su conocida inspiración en films como Heat (Michael Mann, 1995), se le suma la espectacular fotografía en IMAX, (tristemente inapreciable en su completa magnitud en el paisito) para producir algunas escenas de acción sencillamente memorables.

Nolan nos acostumbra a un casting sobresaliente en cada una de sus películas y en su entorno ya opera un grupo de "fichas fijas", algunas de ellas que se incorporan a esta última entrega de la trilogía. Bale y Oldman están al tope de su juego: ya no queda duda de que Christian Bale es el mejor Batman/Bruce Wayne en cualquier medio fuera de los cómics. Michael Caine, con menos tiempo en pantalla que en las entregas anteriores, compone un Alfred absolutamente afectivo y le confiere al film algunos de sus momentos más emocionalmente densos. Soberbia interpretación del inglés. Los recién llegados, lejos de quedar opacados por el cast principal, complejizan las dinámicas de una Gotham City en crisis. Tom Hardy es un excelente Bane, aun sin la inyección de "Veneno" de los cómics, combina a la perfección el intelecto destructivo y la colosal amenaza física que supone para Batman. Anne Hathaway es la Catwoman perfecta, y Joseph Gordon Levitt y Marion Cottilard están más que sólidos en los papeles de John Blake y Miranda Tate.

Es imposible hablar de este film (y de la trilogía toda) sin hacer referencia a la labor del gran Hans Zimmer en la composición musical. No me asusta decir que el diseño de sonido de estos tres films es probablemente uno de los trabajos más finos y coherentes de composición de la historia del celuloide, probablemente comparable solo con la obra de John Williams. A los leit motivs preexistentes, se le suma además el que considero que es el mejor uso de composición devoz humana desde la banda sonora de Jerry Goldsmith para The Omen (1976). El "deshi basara" ("él se levanta") se convierte en un recurso para Zimmer que además de contribuir en la creación de genuina tensión, se incorpora a la narrativa regalándole al film uno de sus momentos más épicos (y que ya es mi escena predilecta de toda la trilogía; ver más abajo).

Batman tiene 73 años. Es un icono cultural en virtualmente todos los medios posibles: cómics, cine, televisión, teatro, radio, literatura, vestimenta... Siempre habrá otra historia de Batman para contar. Mes a mes en los cómics, en futuras nuevas adaptaciones, en otros medios, porque Batman se sigue levantando... Neil Gaiman lo expresa con hermosa claridad al final de la historia Whatever happened to the caped crusader?: "¿Qué podría hacer? ¿Retirarme a jugar al golf? No funciona así. No puedo. Peleo hasta caer, y algún día voy a caer. Pero hasta entonces, peleo". Pero si hubiera que elegir un final, si la historia de Batman tuviera que terminar, si todos estos años tuvieran que concluir de una forma emocionalmente satisfactoria, sería de la forma en que termina The Dark Knight Rises. Y a Christopher Nolan: el niño que hace más de veinte años compró su primer cómic de Batman (Nº 43 de la editorial española Zinco) por unos pocos pesos, con una gran sonrisa y aguantando alguna lágrima, te da las gracias.

5.0/5.0

Deshi Basara
Gonza


lo que sigue son algunos comentarios que incluyen elementos relevantes de la trama (SPOILERS), en consecuencia desaconsejo su lectura si todavía no vieron el film:



Más arriba mencionaba cómo TDKR cierra un círculo abierto en Batman Begins de forma coherente con sus propias temáticas, y a respecto de esto, me parece esencial destacar la que, como comentaba, es ahora mi escena favorita de toda la trilogía: la salida de Bruce Wayne de la cárcel de Bane. Toda la escena referencia a la caída a la cueva de Bruce de niño. Desde el plano contrapicado de la salida circular iluminada por el sol que es esencialmente una reproducción del plano de la cueva visto desde los ojos del pequeño Wayne, hasta el contenido simbólico. El abismo para Bruce Wayne, lo que le impide elevarse es el miedo. De niño solo puede escapar del abismo con la ayuda de su padre (que baja con una cuerda), de mayor, será el propio Bruce (sin usar cuerda) quien se sobreponga a su abismo para elevarse. La aparición de los murciélagos es por demás significativa. De esta forma, Nolan ata la primer caída del hombre murciélago con su última ascensión. El círculo se cierra y ya no es que ambas historias quedan vinculadas: son una misma historia. La caída de Bruce Wayne a la cueva termina con la salida de Bruce Wayne de la prisión de Bane: lo que no pudo hacer de pequeño, lo logra de adulto...se levanta.

La criatura de Nolan ya no pertenece solo a los lectores de cómics, es ahora más grande, mucho más grande que eso. Pero aun así Nolan no olvida a quienes mantuvieron vivo a este personaje por tres cuartos de siglo, y nos regala referencias y escenas memorables. La que todos esperábamos ver, por supuesto: Bane quebrándole la espalda a Batman. El verdadero nombre de Richard Blake, el chiste sobre el cocodrilo gigante en las cloacas, pero en particular decido quedarme con la inspiración que TDKR toma de una de las sagas más impactantes de la historia reciente del encapotado: No Man´s Land. La vida en Gotham City post Bane es quizás de las más bien logradas en un film que no parte de una distopía como premisa.

El epílogo es hermoso y posiblemente el momento más emocional de toda la trilogía. La imagen de Alfred hablándole a la tumba de Thomas Wayne  es devastadora; recuerdo también del arco de este personaje, que en Begins le confesaba a un desinteresado Bruce que su futuro le importaba porque hacía un tiempo, un hombre lo había hecho responsable de su posesión más preciada en el mundo. La expresividad de Caine desarma aun al más fuerte. Por fortuna Nolan no le carga las culpas, y le regala a Alfred, quizás tan merecedor como el propio Batman de un poco de paz interior, la concreción de su deseo en el tiempo en que Bruce entrenaba con la Liga de las Sombras. Se encuentran en el cafe, se miran y no intercambian palabra, y nosotros descubrimos que Bruce sobrevivió a la bomba (y no le crean a nadie que anuncia que lo sabía desde un principio... creímos que moría. Todos creímos que Nolan había matado a Bruce Wayne). El montaje veloz de Nolan (que no es lo mismo que apurado), el rostro de Bruce mirando a Alfred, y de vuelta a la cueva, a la ascensión de John Blake. El final que todos deseamos alguna vez para Bruce. Perfecto final.