domingo, 11 de septiembre de 2011

calendario setiembre

otro setiembre, y con este mes, nuevas temporadas de series. acá les dejo un calendario de estrenos y nuevas tempradas con lo que voy a estar siguiendo


19/09: How I Met Your Mother: séptima temporada. contrario a la mayoría de las sitcoms, HIMYM tiene un "arco mitológico" grande construido a lo largo de seis años...dudo igual que alguien nuevo no se enganche. la mejor sitcom en el aire en este momento, y peleando con Seinfeld el primer puesto en mi ranking personal. Arranca con episodio doble.
22/09: Person of Interest: nueva serie. Creada por Jonathan Nolan, el hermano de Christopher, autor de Memento y co-autor de los guiones de The Prestige y The Dark Knight. Produce J.J. Abrams y protagonizan Michael Emerson (Benjamin Linus en LOST) y Jim Caviezel. Creo que ya dí más que suficientes razones como para darle la oportunidad. 
The Big Bang Theory: quinta temporada. Después de retomar el nivel que había perdido en la tercer temporada y primera mitad de la cuarta, me decidí por darle nuevamente una oportunidad.
23/09: FRINGE: cuarta temporada. muy poco probable que puedan sumarse ahora si no la ven desde el arranque, pero en todo caso, vale la pena arrancarla y ponerse al día.
16/10: The Walking Dead: segunda temporada, esta vez de trece capítulos, aunque sin Frank Darabont capitaneando. Espero que mantenga el nivel.


¿Recomendaciones? (olviden recomendarme Breaking Bad, ya me procuré toda la serie y empezaré a verla en breve)

domingo, 28 de agosto de 2011

super 8


Hubo una época en la que la expresión “la magia del cine” no era un cliché ridículo, sino una realidad observable e innegable. Era la época en la que los espectadores se maravillaban al ver explotar una estación espacial hecha con cartones y palitos de helado, o al ver la silueta de una bicicleta y sus dos pasajeros recortada frente a la luna llena. Esa era la época en la que un joven J.J. Abrams (Mission: Impossible III, Star Trek), maravillado por las fantasías que cobraban realidad en la pantalla, empezaba a armar sus películas caseras con su cámara super 8. Abrams tenía solo once años cuando se estrenó Close Encounters of the Third Kind (Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, 1977), dieciséis para el estreno de E.T. the Extra- Terrestrial (1982), pero aún a tan temprana edad, la marca que dejaría el cine de Steven Spielberg en el muchacho lo impulsaría, muchos años después, a buscar recrear esa magia.
Las credenciales de J.J. Abrams, tanto en el cine como en la televisión (Alias, Fringe, LOST) hablan de la búsqueda de maravillar a los espectadores, como hacía aquel cine de mediados de los setenta y principios de los ochenta; y Super 8 es quizás, más que otra expresión de esa búsqueda, un homenaje nostálgico de un tiempo distinto, más inocente, más fantástico.
En Super 8, un grupo de niños filmando una película noir-romántica de zombies presencia un espectacular accidente de tren que conmociona a su pequeña comunidad en Ohio. La aparición repentina de las fuerzas armadas y sucesos misteriosos que empiezan a  repetirse en el pueblo hacen sospechar a los jóvenes que lo que ocurrió en las vías del tren fue algo más que un accidente, y despertar su curiosidad lo suficiente como para involucrarse de lleno en la investigación. En esta sencilla premisa, Abrams (quien también escribe el guión), elabora una creciente red de misterios que, sin resultar cautivantes al extremo de los grandes momentos de sus series televisivas, crean el escenario ideal para desarrollar las relaciones entre sus personajes. Verdaderos voceros de otra época del cine, los protagonistas de Super 8, niños y adolescentes en su mayoría, nos recuerdan a nosotros los espectadores una verdad fundamental que el cine de ciencia ficción moderno parece haber olvidado: una invasión extraterrestre, una batalla intergaláctica, un viaje en el tiempo solo resultan interesantes si queremos a los personajes involucrados. En el bombardeo de 3-D, pantalla verde y CGI de este siglo, Abrams nos recuerda que la magia no está solo en hacer creíble al ojo el dialogo entre un alien y un humano, sino en hacer que me importe. Es por eso que Super 8 es una joyita entre tanta mediocridad reciente para el cine de ciencia ficción, por atreverse a llenar de sentimiento e inocencia pantallas que hace tiempo se olvidaron de lo que eso significaba.
Es cierto que cualquier aficionado del primer cine de Spielberg puede deducir con bastante éxito el rumbo de Super 8, pero esto no hace la película menos disfrutable en lo más mínimo, al contrario, potencia nuestra conexión con aquellas películas a las que homenajea y nos satisface en ese sentido.
Una mención obligada es para Michael Giacchino, si J.J. Abrams es el Spielberg del siglo XXI, entonces Giacchino es sin dudas el John Williams de su tiempo y no creo exagerar si digo que este hombre puede musicalizar un cuadro en negro por un par de minutos y sacarle lágrimas a todos los espectadores de la sala.
Para aquellos que crecimos soñando los sábados de tarde con ser parte de la caravana de bicicletas de Elliot, o miembros de la tripulación del ORCA, o simplemente ser un Goonie, Super 8 es la oportunidad de volver a ese tiempo, y verificar a la vez, que es posible seguir haciendo cine que sea, sencillamente y sin cliché alguno, MÁGICO

4.5/5.0

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza

lunes, 18 de julio de 2011

the dark knight rises (primer teaser oficial)


Ahí lo tienen...¡y falta UN AÑO TODAVÍA!
dejo el link para que lo vean un poco más grande que acá
http://www.youtube.com/watch?v=apMXFloDH6M&feature=player_embedded

los invito a comentar sus impresiones abajo

Gonza

harry potter and the deathly hallows part 2 (harry potter y las reliquias de la muerte parte 2)


Pasaron diez años desde el estreno de Harry Potter and the Philosopher´s Stone (2001) en cines de todo el mundo. Pasaron catorce años desde la publicación del primer libro de la serie de siete volúmenes de J K Rowling. Cuatro directores. Los mejores actores del Reino Unido. 15.000 millones de dólares en ventas de libros. 6 billones de dólares de recaudación en taquillas (la franquicia más exitosa de la historia del cine, superando incluso a Star Wars o James Bond). Pasaron muchas cosas en diez años, y hoy esta historia se termina.
Hablar exclusivamente de Harry Potter and the Deathly Hallows pt.2 parece imposible en consecuencia de lo anterior, y si bien voy a hacer el esfuerzo por atenerme a la película, sepan disculpar si me voy un poco por las ramas, que a fin de cuentas, también es para mi un día muy emocional.
Culminar un viaje de diez años de forma decente no es tarea fácil para nadie, y hacerlo de forma tal que los millones de personas que están pendientes del mismo queden satisfechos es una responsabilidad enorme, a la que afortunadamente David Yates le pone el pecho. En su cuarto film para la franquicia (Yates tomó el mando con  Harry Potter and the Order of the Phoenix en el 2007 y se quedó hasta el final), el director demuestra que ha identificado sus virtudes y aprendido de sus errores para entregar una conclusión simplemente brillante a la saga del joven mago.
Harry (Daniel Radcliffe), Ron (Rupert Grint) y Hermione (Emma Watson) continúan buscando los horcruxes, objetos con fragmentos del alma de Lord Voldemort (Ralph Fiennes) que destruidos, le darán alguna chance al héroe de destruir definitivamente a Aquel Que No Debe Ser Nombrado. Yates comprende a la perfección el clima que necesita este cierre, que debe pasar de la agonía y pesadez de la búsqueda de la primera parte, a la urgencia y desesperación del final. Quedan atrás los paseos por los bosques y los encantamientos para esconderse de su antecesora; esta es la batalla final: frontal, violenta, gigante…épica. Lo que resulta fascinante es encontrar el lugar entre la espectacularidad de la guerra del mundo mágico, para la profundidad de los personajes. Allí donde grandes épicas han fallado, Yates acierta con creces. Si bien es cierto que no todas las épicas cinematográficas tienen la ventaja de tener siete películas previas, no es excusa suficiente (y prueba en gran medida de enormes fracasos) para no dedicarle el tiempo necesario a los protagonistas. En Deathly Hallows abundan los primeros planos que retrotraen al pasado televisivo del director, en favor de la construcción de un tono de cierre emocional e íntimo. Es aquí donde se luce la crema interpretativa del Reino Unido: la capacidad actoral del elenco juvenil ha crecido mucho en esta década (Radcliffe es el mejor ejemplo), pero son los “veteranos” en esta oportunidad quienes terminan encandilando en escena. Fiennes, Maggie Smith (la profesora McGonagall) y Helena Bonham Carter (Bellatrix Lestrange) entregan sus mejores actuaciones en la serie, mientras que Alan Rickman (Severus Snape) lleva a su personaje completamente a otro nivel, adueñándose de la que quizás sea una de las escenas de mayor carga emotiva de las ocho películas. Yates demuestra entonces que es capaz de combinar efectivamente acción con drama, y en ello, que es el director que esta película necesitaba. Si Harry Potter and the Deathly Hallows part II es para los fans una culminación perfecta a la serie, para Yates es la confirmación de su capacidad directiva: ha logrado sacar lo mejor de sus actores, ha demostrado que puede crear el tono perfecto de una película que debe ser a la vez tensa, cómica, emotiva y electrizante, ha demostrado que puede ser, además un soberbio técnico a la hora de dirigir, fotografiar, editar, y en definitiva, ha demostrado que era posible entregar una película perfecta a los fans de Harry Potter para culminar este viaje.
Iniciaba esta reseña diciendo que realizar esta película no era un tarea fácil, principalmente si consideramos la cantidad de ojos que estarían pendientes de la misma. No faltaran sin duda detractores (lo más triste es que seguramente sean grandes fanáticos del joven mago) notando detalles mínimos o ausencias en el pasaje del texto al celuloide. Siento pena por ellos…Harry Potter and the Deathly Hallows part 2 es un final fílmico completamente a la altura del final literario de la serie, y tomándome el atrevimiento de hablar por todos aquellos que hicimos el viaje completo en estos diez años, puedo decir que estamos más que satisfechos. Le tomó al cine diez años contar la historia de Harry, y dentro de diez años más seguirá vigente como el clásico en que está destinado a convertirse. Como la buena literatura o la música, por suerte, en el cine un viaje que termina puede ser de todas formas eterno… podemos volver a hacerlo una y otra vez

5.0/5.0

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza

miércoles, 6 de julio de 2011

scream 4


En 1996, el director Wes Craven (The Hills Have Eyes, A Nightmare on Elm Street), leyenda del cine de terror de los 80, revolucionaría por completo el género, con una película de bajísimo presupuesto. Un slasher de apariencia tradicional que cambiaría para siempre las reglas del juego (chiste intencional), dotando al cine de terror finalmente de la autoconciencia que nunca supo (o quiso) tener.  Scream (1996) se convirtió en un éxito instantáneo en las taquillas y para los críticos. Tanto Craven como el guionista Kevin Williamson parecían haber encontrado la receta perfecta para devolverle credibilidad a este género atestado de historias repetitivas, sin sentido e infinidad de secuelas mediocres: la clave era proporcionarle a los personajes de esta ficción todos los elementos necesarios para sobrellevar las maquinaciones del asesino de turno. Los personajes serían fanáticos del cine de terror, y el psycho killer los iría eliminando de acuerdo a su conocimiento de la materia en cuestión. Esta idea brillante permitió poner en evidencia todos los clichés del género (serían aquí las reglas a seguir para sobrevivir el juego de Ghostface), replantearlos, hacer humor con ellos, y aún así, funcionar como película completamente inmersa dentro de los mismos, sin dejar de funcionar a la vez como buen cine de terror (me atrevo a decir que la secuencia inicial de Scream es una de las más inquietantes y cautivantes en la historia del cine de terror).
Dos secuelas y quince años después llega, de la mano de los creadores de la original, Scream 4; un intento de relanzar la franquicia a un público joven  manteniendo simultáneamente las características del original del 96, al que hace referencia constantemente. Sidney Prescott (Neve Campbell) regresa al pueblo de Woodsboro a promover un libro de autoayuda en el aniversario de los asesinatos de la primer película, y con ella regresa también Ghostface a aterrorizar a los jóvenes de la comunidad para llegar a su víctima predilecta. La historia es nula y similar al planteo de cualquiera de las secuelas que la serie Scream se ha encargado de destruir. Lo que importa más para Williamson y Craven en Scream 4 es la capacidad de ser absolutamente autorreferente de la película, llevando este concepto hasta el extremo, como se deja claro en la secuencia inicial. Desafortunadamente se pierden tantas energías en ese propósito, que el terror tradicional de la saga nunca llega, aún cuando las tres películas anteriores no fueran de un grado elevado de horror, la autoconciencia aparecía disfrazada más sutilmente como una broma  a descifrar (y es que ciertamente hay humor en la saga de Scream) Con Scream 4 la historia deja de ser un medio (como lo fue anteriormente) para transmitir el mensaje, que ahora se nos expresa de forma tan explicita que deja de ser necesario descifrarlo. Craven expone su visión al respecto del devenir del cine de terror en un conglomerado de reboots, remakes, y la sustitución del miedo por la repulsión con la llegada del gore (o “torture porn shit” según Williamson en el guión), a la vez que reflexiona sobre el avance e influencia de la tecnología y las redes sociales en los patrones de conducta adolescentes. En 1996, un agente de policía le preguntaba a Billy Loomis qué hacía en la calle con un teléfono celular. Hoy, la cotidianeidad de nuestra hiper comunicación y absoluta accesibilidad, hacen que parezcamos estar buscando o invitando a un psicópata con un cuchillo a conocer nuestros hogares, puntos débiles, etc. Algunas ideas muy interesantes emergen de esta visión de Craven, sobre todo hacia el final de la película, cuando la identidad de Ghostface ya fue revelada, pero se quedan en simples sugerencias al derrotar al asesino de turno.
Scream 4 es, aún así, una gran mejoría con respecto a su antecesora, y aunque no se aproxima ni a los talones de la original, resulta una película tremendamente entretenida y con capacidad de arrojar aunque sea de forma tosca algunos elementos para reflexionar.

2.5/5.0
Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza

domingo, 26 de junio de 2011

unknown (desconocido)


Primero lo primero: TODOS amamos a Liam Neeson. Honestamente, me resulta muy difícil encontrar otro actor en este tiempo sobre el que exista tal consenso. Podemos disfrutar más o menos de sus películas, pero nunca no disfrutar de su presencia en la pantalla. Liam Neeson es, por ejemplo, una contradicción garrafal en la saga de Star Wars y aún así, amamos su personaje que nunca debió existir. ¿Por qué pasa eso? Imposible saberlo, pero algo sí es claro: TODOS amamos a Liam Neeson, y de hecho, lo más probable es que cuando una persona se decide por ver Unknown, lo este haciendo por él.
Unknown inicia cuando el Dr. Martin Harris (Neeson) y su esposa (January Jones) llegan a Berlín para una conferencia sobre biotecnología. El Dr. Harris tiene que volver al aeropuerto a buscar una valija olvidada cuando un accidente automovilístico lo deja en coma durante cuatro días. Al despertar con solo fragmentos de su memoria, su esposa parece no reconocerlo, mientras que otro hombre dice ser el Dr. Martin Harris y ocupa su lugar, iniciando así la carrera de Neeson por probar que él es quien dice ser.
El director Jaume Collet-Serra (Orphan, House of Wax) intenta con Unknown un tradicional suspenso hitchcockiano. Algunos de los temas principales del director aparecen como centrales aquí: la persona común envuelta en circunstancias extraordinarias, la identidad confundida, la rubia de la que sospechamos…lo que no aparece, obviamente, es el maestro Hitchcock, que con seguridad podría haber convertido esta película en una obra maestra (soy de los que creen además, que de vivir y trabajar en esta época, Hitchcock hubiera usado a Liam Neeson en más de una oportunidad). En su lugar, Collet-Serra se esfuerza por presentar el suspenso de la forma más correcta y sobria posible, con sus aciertos y sus errores. Hay claramente buenas intenciones, quizás la más evidente sea la escena de la galería de arte, en la que Neeson intenta a la vez encontrarse con su esposa y escapar de un perseguidor, entre fotos y videos de rostros y miradas. Una escena que en manos de Hitch (o un De Palma si pensamos en directores contemporáneos) hubiese sido un clásico instantáneo del cine, aquí es solamente una buena idea mal ejecutada. La película, sin embargo, resulta lo suficientemente intrigante como para no distraerse demasiado por ese tipo de detalles, y aún cuando pierde un poco de ritmo luego de resolverse el misterio de lo que le ocurrió al Dr. Harris, se mantiene disfrutable hasta el cierre.
Consecuencia clara de la transición de novela a la pantalla es el descuido de los personajes de Bruno Ganz y Frank Langella, actores de primera línea que quedan de alguna forma descolgados de la trama principal, y con poco tiempo en escena para desarrollar elementos que considero, hubiera aportado enormemente a la intriga (además de darle más oportunidades al público de hacer su propia investigación en paralelo).
Algunas decisiones técnicas sí me resultan particularmente molestas: la estética de video clip mezclado con fotolog de adolescente para los flashbacks, al igual que en películas como Man on Fire (2004), es una moda que espero termine pronto; así como la edición ultra rápida que parece haberse adueñado de toda persecución automovilística de Hollywood en los últimos diez años.
Con todo esto, Unknown es de todas formas una película entretenida y disfrutable, que tiene en Liam Neeson su principal interés, ideal para un domingo de tarde

3.0/5.0

Gracias por Liam Neeson, es un hombre maravilloso
Gonza

sábado, 25 de junio de 2011

the hangover part II (¿qué pasó ayer? parte II)


Encontrar una forma de valorar objetivamente una película es a veces un suplicio mucho más grande de lo que la gente imagina, y si bien no creo que exista tal cosa como la objetividad absoluta, es bueno de cuando en cuando hacer el ejercicio. Los aspectos técnicos de una película son fácilmente valorizables  con objetividad, sin duda, pero cuando llega la hora de hablar del film en su conjunto, la tarea se complica. Existe sin embargo un afortunado lugar en el que esta dificultad desaparece: la comedia. Y es que pocas cosas resultan más sencillas que realizar la valoración de una comedia, aunque sea en términos muy simplistas: si me río es buena, si no me río es mala.
Esta introducción me resulta pertinente sobre todo a la hora de reseñar una película como The Hangover Part II, que considero, será recordada por dos aspectos puntuales: 1) ser una copia casi textual de la primera parte, y 2) hacer reír tanto o más que su predecesora sin esforzarse demasiado.
En The Hangover Part II, Stu (Ed Helms) listo para casarse en Tailandia, invita al resto de la “wolfpack” a la boda. Negado a una despedida de soltero, acepta tomar unos tragos con sus amigos en la playa. La acción se retoma a la mañana siguiente, cuando Stu, Phil (Bradley Cooper) y Alan (Zach Galifianakis) despiertan sin recuerdo alguno de la noche anterior y empiezan a reconstruir sus pasos para encontrar al futuro cuñado de Stu.  Este es el argumento de The Hangover Part II y es, efectivamente EL MISMO que el de The Hangover (2009). No solo la historia es exactamente la misma, también lo son los giros argumentales, la estructura, las revelaciones, el final con fotos…hasta el lugar donde encontramos al cuñado es un análogo de la primera parte. Entonces ¿cómo es posible que uno no salga de la sala cargado de ira y con la impresión de haber sido profundamente estafado? Sencillo: se entra a ver esta película esperando la risa, y se sale con esa expectativa colmada y superada.
Si The Hangover había sido un éxito en ignorar cualquier convención políticamente correcta y de “buen gusto” en comedia, esta segunda parte asume la carga de su predecesora y aniquila de plano los conceptos de lo mostrable en cine de humor en su primera media hora. El director Todd Phillips (The Hangover, Due Date) sabe que no puede arriesgarse a quedarse al nivel de la primera, debe ser más atrevido, más ordinario, más desenfrenado, y arremete contra este desafío elevando entre otras cosas, la carga gráfica de la película, buscando la patada en la cara del espectador y dirigiendo comedia como si de cine de acción se tratara (varias secuencias lo son de hecho). El humor más “inocente” queda en manos de Galifianakis, gigantesco repitiendo su papel de Alan.
Donde la película hace quizás más aguas, es en su último tercio, cuando se debe resolver forzosamente el paradero del cuñado de Stu, y no quedan ya espacios libres para que el trío se luzca como al principio de la búsqueda. El factor repetitivo del desenlace carga un poco el acto final y baja considerablemente las revoluciones del público, que afortunadamente cuenta con la secuencia de créditos para irse con una gran sonrisa en la cara.
Es difícil decir si una tercera entrega en la que se repita esta formula pueda llegar a dar resultado, pero tampoco lo hubiera dicho de una segunda, y tuve que rectificarme. Esperaré al 2014 para ver que pasa

3.5/5.0

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza

viernes, 24 de junio de 2011

x-men: first class (x-men: primera generación)


Las historias de orígenes de personajes ya existentes siempre suponen asumir ciertos riesgos por parte de los cineastas. Principalmente, el riesgo de exponerse a los grupos de fundamentalistas que se preparan para atacar un film frente a cualquier tipo de libertad creativa que lo separe del material original (me vienen a la mente hordas de niños con capa, lentes y varita pidiendo la cabeza del Alfonso Cuarón).
X-Men: First Class es una de esas películas que decide aceptar los riesgos, y entrega a cambio una pieza que, separándose radicalmente del canon de los cómics, devuelve la vida a una franquicia casi agonizante luego de sus últimas dos entregas. Ubicada temporalmente en plena crisis de los misiles en Cuba, X-Men: First Class narra la creación del grupo de mutantes a cargo del Profesor Charles Xavier (James McAvoy) y el inicio de la relación que devendrá en su enemistad con Erik Lehnsherr, Magneto (Michael Fassbender).
El acierto del director Matthew Vaughn (Kickass, Stardust) es el de hacer lo que X-Men 3: The Final Stand y X-Men Origins: Wolverine no hicieron: priorizar la construcción de personajes y convertirlos en el motor que hace avanzar la acción y no al revés. De esta forma, Vaughn se toma prácticamente la mitad de la película en presentar y elaborar a Xavier y a Magneto y su relación, profundizando las diferencias que los convertirán en rivales, y enfatizando sutilmente en sus ideologías el paralelismo que planteaba Stan Lee al crearlos con Martin Luther King y Malcom X respectivamente. De particular interés en este esfuerzo, es la actuación de Fassbender, que dota de toda la ambigüedad necesaria al personaje de Lehnsherr, y permite además hacer una interesante relectura de las entregas anteriores de la franquicia, puesto que, en definitiva, First Class no es un re-lanzamiento de la serie, sino una prequela que se conecta directamente con las películas previas. Atestiguan esta intención algunos cameos que no voy a revelar aquí, pero principalmente, la escena inicial, extraída directamente de X-Men (2000) y editada para agregar a Sebastian Shaw (Kevin Bacon).
Este nexo con las anteriores entregas de la serie, viene acompañado además por quien, en mi humilde opinión, es en parte responsable de devolver la franquicia al nivel de las dos películas originales: el GRAN Bryan Singer como productor y autor. Bryan Singer es también co-autor y director de X-Men y X2, pero es por sobre todo, un amante de los cómics que entiende que lo que volvió fascinantes a los alumnos del Profesor X son sus interacciones antes que las inmensas batallas épicas. Sabiendo entonces que el éxito de First Class reside esencialmente en la correcta construcción de la enemistad entre los dos mutantes principales, Vaughn y Synger ensamblan un grupo de X-Men carente de “pesos pesados” como lo fuera el primer equipo de Xavier en los cómics (con Cyclops y Jean Grey entre otros) y traen a personajes como Havok o Banshee, conocidos principalmente por los fanáticos. El experimento funciona correctamente, ya que estos mutantes permiten agregar la cuota de acción necesaria sin distraernos de lo que resulta verdaderamente importante para el film.
X-Men: First Class es además un ejercicio interesante de reconstrucción de la atmosfera de los años sesenta, tanto la histórica en su acercamiento al suceso más “caliente” de la Guerra Fría, como la fílmica, manifestada sobre todo en los vestuarios y sets villanescos que recuerdan con complicidad a las primeras películas de James Bond.
 Si con Ironman y Thor no terminaba de quedar claro que Marvel se proponía un acercamiento más serio al cine de sus héroes, X-Men: First Class termina de demostrarlo.

3.5/5.0

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza

lunes, 23 de mayo de 2011

we have to go back!

Ya traté de escribir sobre LOST antes. De hecho tengo un archivo Word en mi máquina con lo que intentó ser mi análisis/reflexión final sobre esta serie desde hace casi un año. El documento fue mutando con los meses, pasó de ser una hoja a ser trece, tres, diez, y creo que hoy, aún inconcluso, ronda las ocho hojas. Hay muchas partes del mismo que me gustan bastante: mi “explicación” de las implicancias apocalípticas para la raza humana al extinguirse la luz, mi estudio del personaje de Jack…pero la realidad es que, por donde lo mire, sigo pensando que nada que pueda escribir sobre LOST le hace justicia a la serie.
Sostengo con firmeza que hay un antes y un después de LOST en la televisión, y aún los detractores de la serie no podrán negar, cuando menos, que su impacto en la cultura popular es impresionante. Hacer un elogio de la serie en este blog está descartado, la gente que lo lee ya conoce mi opinión y mis sentimientos hacia la criatura de Lindelof y Cuse. Hacer una crítica objetiva también está descartado, no porque no pueda (aunque a veces me cuesta), sino porque no quiero, hoy para mí es un día afectivo, de recordar el mejor viaje televisivo que hice en mi vida (y que dudo sea alguna vez superado), así que…

Si saltaste del sillón con los brazos al aire cuando Hurley llega en la Dharma van a salvar a Sayid, Jin y Bernard…
Le gritaste “esaaaaaaa” a la pantalla cuando Jack tira a FLocke al agua (“John Locke told me I needed to stay”)…
Aplaudiste de pie a Sawyer disparándole a Mr. Friendly (“That´s for taking the kid of the raft”)...
Te ponés todo tenso cada vez que “Henry Gale” le cuenta su plan a Jack y Locke y en seguida les pide leche para los cereales...
Seguís despegando tu mandíbula del piso cada vez que pensás en el final de la tercera temporada…
Te recorre un escalofrío por la espalda y se te humedecen los ojos con el final de “Deus Ex Machina”…
Se te hace un nudo en la garganta pensando en los últimos momentos de Charlie…
Estuviste bajoneado varios días después de la muerte de Sun y Jin…
Te reís cada vez que te acordás de algún apodo de Sawyer…
Te diste cuenta que esta no era una serie como cualquier otra  cuando terminaste de ver “Walkabout”…


Si mirás cada boleto de bondi o número de panadería esperando que te toque cualquier combinación de 4, 8, 15, 16, 23, 42. Si extrañás pasar una semana debatiendo con tus amigos sobre lo qué pasó y lo que va a pasar. Si pensás en ponerte a charlar con desconocidos que te cruzas en la calle con una remera de Dharma. Si crees que “The Constant” es una de las mejores horas de la historia de la televisión. Si quisiste viajar siete meses adelante en el tiempo cuando terminó la 5ta temporada, solo para saber si funcionó hacer explotar la bomba. Si todavía llorás cuando ves llegar a Vincent a acompañar a Jack al final de “The End”…

…entonces, en palabras de Jacob, somos lo mismo…felíz aniversario para vos también, y hasta que encontremos otra cosa, let go..

See you in another life, brotha!
Gonza




lunes, 9 de mayo de 2011

the rite (el rito)


No es novedad que el cine de terror parece haber abandonado todo esfuerzo por llegar al público con una propuesta original, o por lo menos creativa, desde hace ya un buen tiempo. Salvando contadas excepciones (en general europeas), me cuento entre los que creen que desde The Blair Witch Project (1999), el género entró en un estado de coma del que todavía no ha salido, ni parece tener ganas de hacerlo. Pero existe un salto grande entre una película sin ideas originales, y otra que es directamente un collage hecho con retazos de argumentos de otras películas similares. Tristemente, The Rite se cuenta entre las segundas.
En The Rite, Michael Kovak (Colin O´Donoghue) es un joven sacerdote que cuestiona fuertemente su fe, motivo por el que es enviado a conocer a un veterano jesuita, Lucas Trevant (Anthony Hopkins), conocido en Roma por practicar exorcismos a diario. Trevant será el encargado de replantearle a Kovak el conflicto real y eterno entre el bien y el mal, Dios y el diablo, buscando que el joven recupere su fe mientras intentan salvar la vida de la niña Reagan que… ¿eh? ¿Cómo que no hay ningún personaje Reagan en esta película? ¿No estoy relatando el argumento de El Exorcista? Ok, creo que fui claro: The Rite es, esencialmente, un refrito de The Exorcist (1973) pero de mucha menor calidad, al igual que la gran mayoría de los filmes sobre posesión demoníaca que vinieron después (de los que The Rite también roba ideas). Quizás algo de culpa haya que asignarle a William Friedkin, director de The Exorcist, por haber lanzado el género con un standard tan alto. Lo cierto es que en comparación con la joyita de Friedkin, todas las películas de exorcismos palidecen, con algunos intentos un poco más nobles; The Exorcism of Emily Rose del 2005 por ejemplo, e intentos que no parecen siquiera intentarlo; The Rite como ejemplo de estos últimos.
Quizás uno de los problemas fundamentales de esta película sea la imposibilidad que tenemos los espectadores de conectar con la lucha interna de Kovak. La actuación de O´Donoghue es chata y por demás acartonada, superado en pobreza únicamente por Alice Braga que interpreta a una periodista que decide ayudar a Michael. En esta desconexión con el protagonista, nos vemos obligados a enfocar sentidos en otros lugares, tratando al menos de entrar en la dinámica tensa y atemorizante del enfrentamiento entre bien y mal, pero el terror no llega, y una premisa que debería jugar mucho más en el plano de lo psicológico y el clima a generar, se conforma con tres o cuatro sustos baratos más propios de un slasher que de una película de posesión demoníaca.
Hopkins, que es posiblemente el motivo por el que el 90% de la gente se acerca a esta película, está correcto como siempre, pero lejos de brillar como puede. Su interpretación de sacerdote poseído es menos atemorizante que cualquier escena en la piel de Hannibal Lecter (incluso de las secuelas) y el actor persiste además en agregar muletillas jocosas en momentos de tensión, creyendo por algún motivo que hacen al personaje más atemorizante. Este molesto hábito comenzó con el “okey dokey” de Hannibal (2001), y en esta oportunidad se le suman un “oopsie daisy” y alguna otra (prometo buscarla y agregarla a los comentarios). Me resulta incomprensible, y estimo que Hopkins sigue haciéndolo porque nadie se anima a decirle lo poco efectivo que resulta.
Hay un solo The Exorcist y probablemente nunca sea sustituido; podemos seguir viéndolo o darle oportunidades al nuevo cine de terror de sorprendernos. Ojala ocurra algún día, pero de momento, esto es lo que tenemos.

1.5/5.0

Gracias por leer, son un público endemoniado
Gonza

domingo, 8 de mayo de 2011

eddie vedder - ukulele songs


Sobre finales de los años 90, Eddie Vedder aprendió a tocar el ukelele bajo la tutela del gran Pete Townshend (The Who). Poco tiempo después, el Binaural de Pearl Jam nos regalaba “Soon Forget”, primera de muchas canciones que produciría este combo “Vedder+ukelele”, y muy sospechosamente similar al “Blue, Red and Grey” de Townshend. Ya  terminando el año 2000, cualquier seguidor obsesivo de la banda de Seattle (quien firma este blog, por ejemplo) tenía en su disco duro descargas de una buena cantidad de demos de Vedder jugando con su ukelele, instrumento por el que el cantante profesó gran amor: “el instrumento más melódico del mundo”, diría en varias oportunidades.
Más de diez años después, varios de aquellos demos encuentran su lugar en el segundo disco solista de Vedder: Ukulele Songs (en inglés, al ukelele nuestro le dicen ukulele); un trabajo prolijo y esencialmente parejo, con momentos de verdadero brillo de nuestro barítono preferido.
Es una broma recurrente en internet decir que Eddie Vedder puede ponerse a cantar el menú de un restaurante chino y emocionarte hasta las lágrimas. Continuando la línea de su anterior trabajo solista Into The Wild, Vedder explora los rincones de su voz que más acercan ese chiste online a una verdad irrefutable. Alejado de la dureza contundente que le exige ponerse al frente de una banda como Pearl Jam, Ukulele Songs nos acerca nuevamente al registro más bajo y dulce de quien hace algunos años se trepaba a las grúas de televisión para saltar sobre la audiencia. Canciones como "You´re True", "Satellite" o "Once in a While" ponen de manifiesto esta “dulzura” reflexiva, consecuencia obligada del paso del tiempo: ya no hace falta ocultar la profundidad detrás de los saltos y los gruñidos, algo que parecía lógico y necesario a los veinte años. Ya no hay miedo a exponer la profundidad sin esconderla detrás del overdrive de la guitarra. Toda la sensibilidad de un hombre como Vedder queda expuesta y desprotegida para que nosotros la apreciemos
Si existe un “problema” con Ukulele Songs, es lo limitante del instrumento en cuanto a variedad musical. Lo cierto es que, más allá de sus posibilidades melódicas, el ukelele solo puede ofrecer hasta cierto punto de posibilidades compositivas, y cuando se trata del único instrumento usado en el disco, puede tornarse por momentos reiterativo, algo así como escuchar una gran canción de media hora. Esto no es algo necesariamente malo (de ahí las comillas en “problema”), pero sí es posible que afecte la percepción de los grandes momentos del disco, que quedan opacados frente a la ausencia de novedad que presentan entre sí las canciones. La forma de rodear este obstáculo es con buenas letras y una excelente interpretación vocal. La parte de la voz es una garantía, y en los momentos del disco en que la escritura de Vedder está más inspirada somos gratos testigos de pura magia.
Reforzando esta idea de la “novedad”, se hace evidente que dos de los momentos más sobresalientes del disco son las colaboraciones: Cat Power entreteje a la perfección su voz con la de Eddie en la hermosa "Tonight You Belong To Me", mientras que "Sleepless Nights" es capaz de producir una respuesta física a la escucha (concretamente escalofríos) cuando Vedder y Glen Hansard cantan juntos el estribillo (una de las melodías más desgarradoras que ha compuesto Eddie en los últimos años). El cierre con "Dream A Little Dream" es otra belleza en la que el cantante parece homenajear a Tom Waits raspando la voz con un resultado que hace imposible no enamorarse de la canción.
Ukulele Songs ciertamente se hubiera beneficiado de una selección menor de canciones para maximizar su efecto, pero no deja de ser una joyita dentro del catalogo de uno de los mejores vocalistas de los últimos veinte años. Ya está comprado y espero su llegada a mi buzón con ansias, pero mientras tanto pueden relojearlo en el link de abajo…


3.5/5.0

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza


martes, 12 de abril de 2011

la casa muda


La figura del “unreliable narrator” (narrador no confiable) ha dotado al cine y a la literatura de algunos de sus momentos más memorables (piensen nada más en el final de Memento, uno de mis favoritos, por poner un ejemplo). Se trata, como su nombre lo expresa con claridad, del uso de un narrador cuya credibilidad se encuentra por algún motivo comprometida. La revelación de esta situación constituye (en general) el “twist ending” que permite atar los cabos que en principio parecían sueltos y redescubrir o reinterpretar la historia. Pero como su nombre también expresa con claridad, la figura necesita de un narrador para funcionar: un personaje dentro de la historia o fuera de ella, pero personaje en fin. Entonces, ¿qué ocurre cuando se busca usar el recurso, pero sustituyendo al personaje narrador, por la propia cámara? Con varios aciertos y varios errores, Gustavo Hernández propone dar respuesta a esta pregunta en La Casa Muda.
Inspirada en un crimen sin resolver en la campaña uruguaya en los años 40, La Casa Muda relata los 78 minutos durante los que Laura (Florencia Colucci) intenta escapar de las personas o presencias que habitan la casa que debía refaccionar junto con su padre. Promocionada con la línea “miedo real en tiempo real”, la película adquirió gran notoriedad tiempo antes de su estreno por haber sido filmada enteramente con una cámara de fotos y en un único gran plano secuencia de 78 minutos (más un agregado posterior a los créditos). Y quizás su principal problema se encuentra precisamente en ocuparse demasiado de la forma dejando al azar el contenido. Hay que decirlo: en sus aspectos técnicos la película brilla. El trabajo de cámara parece imposible de realizar en un set que es una casa real y no un decorado, y aún así los movimientos de cámara resultan completamente impactantes, más aún cuando consideramos que responden a la vez al suspenso que deben generar y a la necesidad de la “toma única” (entre comillas, si. No quiero acusar a nadie de mentiroso pero hay cortes, por lo menos tres. Si de hecho no los hubiera no habría necesidad de un editor como el que figura en los créditos. De todas formas la continuidad no se ve afectada en ningún momento). Es esta proeza técnica sin embargo, que pone en evidencia la imposibilidad de transformar al “narrador no confiable” en un “observador no confiable” (la cámara). La Casa Muda es sin duda una heredera de The Blair Witch Project -1999- (la escena en la que Laura sale momentáneamente de la casa no puede ser, de hecho, nada menos que un homenaje), pero a diferencia de esta película (o de las más recientes entregas de Paranormal Activity), no parte de una premisa “documental”, de filmaciones encontradas o excusas similares; es decir: la cámara de fotos no está operada por ningún personaje que permita atestiguar la veracidad de lo que ocurre en la filmación (a los efectos del film, por supuesto). Al perder al camarógrafo como participe de la escena (puesto que Laura está supuestamente sola), tenemos que aceptar que el ojo que la mira es de una entidad externa (el director) y no presente en la escena. El recurso que Hernández elige entonces para maximizar el acercamiento “real” a la acción, es el que en definitiva lo condena desde el momento en que el director elige HACER TRAMPA, mostrando cosas que en realidad no están ocurriendo así como se las muestra (Hitchcock estaría horrorizado). Cuando en el esquema tradicional del narrador no confiable, el twist es revelado y la condición de “no confiable” del narrador se pone en evidencia, el espectador se permite reconstruir lo visto y resignificarlo desde la nueva óptica. Pero si el “twist” no llega de la mano de esta figura, como en el caso de La Casa Muda, se nos priva de los elementos necesarios para reconstruir la historia, y la sensación final es de confusión y de haber sido engañados, pero sin la recompensa habitual de poder descifrar los lugares del engaño (al menos no de primera mano).
No es, de todas formas, una experiencia terrible, puesto que como película de terror, La Casa Muda funciona por momentos muy bien (con 3 ó 4 ocasiones MUY efectivas) y como experimento de forma es realmente interesante, sobre todo para un mercado como el uruguayo. Aún así, algo falta…

2.5/5.0

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza

martes, 29 de marzo de 2011

give up the ghost


Mi canción favorita de "The King of Limbs" (pueden ver la reseña en el archivo). Siempre que escucho radiohead me pregunto cómo será la transición del sonido del disco al formato en vivo, a veces hasta me preocupo de que les falte la "riqueza" que les proporciona el estudio, pero con esto (para variar) me tapan la boca.
El micrófono de la derecha está abierto grabando y reproduciendo a la vez en un loop constante lo que Thom Yorke canta, mientras que el de la izquierda se usa normalmente. Este sencillo setup más una guitarra acústica le permite a Yorke hacerse sus propios coros y de a poco sumar las layers que necesita el crescendo de la canción, sin ningún tipo de truco de producción en estudio o artilugios similares. El golpecito en el micrófono es brillante, más que un metrónomo es una secuencia de percusión 100% intencional pero de una simpleza impensable.
Ver como una banda tan reconocida por sus altos niveles de producción puede llevar su música a un grado tan grande de minimalismo sin perder un ápice de su belleza es fascinante...esta canción es fascinante, sencilla, embrujante...perfecta. Espero les guste (y escuchen la versión de estudio CON audifonos)

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza

viernes, 25 de marzo de 2011

ahora un poco de lectura...

ya que parece que voy a tener algo de tiempo libre para leer (o "tiempo libro"), en el espíritu del top 50 de películas, acá van mis diez libros (ficción) preferidos, estos si están en orden...


1. La invención de Morel - Adolfo Bioy Casares
2. 1984 - George Orwell
3. Por quién doblan las campanas - Ernest Hemmingway
4. El Señor de los Anillos - J.R.R. Tolkien
5. Canción de Navidad - Charles Dickens
6. Matadero Cinco - Kurt Vonnegut
7. La conjura de los necios - John Kennedy Toole
8. La Torre Oscura - Stephen King
9. La Carretera - Cormac McCarthy
10. Farenheit 451 - Ray Bradbury


Anímense a leer, son unos libros maravillosos
Gonza

jueves, 24 de marzo de 2011

mis 50 películas favoritas

 A todo el mundo en algún momento se le ha preguntado “¿cuál es tu película favorita?”. Cuando uno rompe tanto con el cine, en general se la hacen más a menudo. Elegir UNA película como favorita es una tarea (para mí) imposible. En general contesto dos o tres títulos con dolor en el alma por todo lo que dejo fuera de esa respuesta. Así que hoy elaboré por primera vez, una lista con mis 50 películas preferidas. La lista es cambiante, y si la hiciera de vuelta la semana que viene seguramente algunos títulos desaparecerían y entrarían otros que hoy no están, por eso es que los números no revelan un orden de preferencia, son más bien para ordenarme al escribir (aunque los diez primeros probablemente permanezcan en cualquier lista que haga).
Por último recuerdo que esta es una lista de MIS 50 películas preferidas, NO es una especie de “las 50 mejores películas de la historia” ni nada de eso, es mi lista, enteramente subjetiva. Reclamos, protestas, insultos, desacuerdos, pueden agendar una cita enviando un mail a nomeinteresaloquetenesparadecirmejornotegastes@gmail.com
u opinar en el espacio de comentarios de este mismo blog…

ahora si, a lo nuestro

1. Jaws (Tiburón) – 1975
2. Psycho (Psicosis) – 1960
3. The Shawshank Redemption (Sueños de Libertad) – 1994
4. Big Fish (El Gran Pez) – 2003
5. Memento – 2000
6. The Godfather, pt. II (El Padrino, segunda parte) – 1974
7. Il Buono, Il Brutto, Il Cattivo (El Bueno, El Malo y el Feo) – 1966
8. Inception (El Origen) – 2010
9. The Usual Suspects (Los Sospechosos de Siempre) – 1995
10. City Lights (Luces de Ciudad) – 1931
11. The Dark Knight (El Caballero de la Noche) – 2008
12. Metropolis – 1927
13. Sunrise: A Song of Two Humans (Amanecer) – 1927
14. The Empire Strikes Back (El Imperio Contraataca) – 1980
15. The Wizard of Oz (El Mago de Oz) – 1939
16. Plan 9 From Outer Space (Plan 9 del Espacio Sideral) – 1959
17. Casablanca – 1942
18. Night On Earth (Una Noche en la Tierra) – 1991
19. Gladiator – 2000
20. Zodiac – 2007
21. Back to the Future (Volver al Futuro) – 1985
22. Superman – 1978
23. Rocky – 1976
24. Vertigo – 1958
25. Unforgiven (Los Imperdonables) – 1992
26. The Naked Gun (La Pistola Desnuda) – 1988
27. Aladdin – 1992
28. Dead Man – 1995
29. Ed Wood – 1994
30. Reservoir Dogs (Perros de la Calle) – 1992
31. The Big Lebowski (El Gran Lebowski) – 1998
32. In The Name of the Father (En el Nombre del Padre) – 1993
33. The Blair Witch Project – 1999
34. Serendipity (Señales de Amor) – 2001
35. Goldeneye – 1995
36. Dirty Harry (Harry el Sucio) – 1971
37. Children of Men (Niños del Hombre) – 2006
38. Young Frankenstein (El Jovencito Frankenstein) – 1974
39. First Blood (Rambo) – 1982
40. Juno (La Joven Vida de Juno) – 2007
41. Eternal Sunshine of the Spotless Mind (Eterno Resplandor de una Mente Sin Recuerdos) – 2004
42. Almost Famous (Casi Famosos) – 2000
43. Little Miss Sunshine (Pequeña Miss Sunshine) – 2006
44. (500) Days of Summer (500 Días con Ella) – 2009
45. Raiders of the Lost Ark (Los Cazadores del Arca Perdida) – 1981
46. Braveheart (Corazón Valiente) – 1995
47. Blade Runner – 1982
48. Rear Window (La Ventana Indiscreta) – 1954
49. The Prestige (El Gran Truco) – 2006
50. Dr. Strangelove: Or How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb (Dr. Insólito) - 1964

domingo, 20 de marzo de 2011

r.e.m. - collapse into now


Algo pasó en 1997 cuando Bill Berry abandonó la batería de R.E.M.; el cuarteto de Athens, Georgia se convertía en trío luego de 17 años de colaboración ininterrumpida. La perdida de un elemento integral de la banda se sintió con rapidez en la producción musical, que comenzó a revelar la incertidumbre de una banda que buscaba redefinirse, entender como seguir adelante más allá de la perdida. Aún cuando puntualmente algunos de los momentos musicales más perfectos de R.E.M. pueden encontrarse en los tres primeros discos sin Berry (Up, Reveal y Around The Sun), es justo decir que el resultado de ese tiempo es, cuando menos, desparejo.
Pero algo volvió a pasar más de diez años después, en el 2008. Quizás fruto de la intensidad de los recientes shows en vivo, quizás fruto del breve reencuentro con Berry para la presentación de la banda en el Rock and Roll Hall of Fame, o quizás alguien recordó para que servía esa perilla de volumen en el amplificador de Peter Buck…y con el 2008 llegó Accelerate. Aclamado inmediatamente por la crítica y los fans, con un sonido cargado de guitarras potentes, Accelerate parecía un regreso a los orígenes más punk/alternativos de la banda, y un grito al mundo “todavía podemos hacer rock…y hacerlo BIEN”.
Collapse Into Now parece el sucesor lógico de un disco como Accelerate, y un reencuentro de R.E.M. con el sonido que les brindó sus mayores alegrías: el sonido de los años 90. Lejos de ser un refrito de su trabajo previo, o un facilismo a la hora de complacer a las masas, Collapse Into Now es otra prueba de que R.E.M. puede seguir siendo la banda que (aparentemente) había dejado de ser en la primer mitad de la década del 2000. El sonido es ciertamente familiar, pero no por eso repetitivo, y es que R.E.M. es DUEÑA de ese estilo, creadora del mismo, y dentro de sus formas, el trío puede crear a su antojo, manteniéndose a la vez contenido, pero siempre fresco.
Viejos amigos de la banda se juntan a Stipe, Mills y Buck para regalarnos algunos momentos de excelsas colaboraciones. Así rotan por el album Patti Smith,  Peaches, Lenny Kaye y los cantos tribales de Eddie Vedder en “It Happened Today” (probablemente la mejor canción del disco, y lo digo independientemente de la colaboración de Vedder)
R.E.M. grita a lo largo de todo este disco: “esto fuimos, esto seguimos siendo, y nos encanta”…y a nosotros también

4.0/5.0


Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza

sábado, 19 de marzo de 2011

the king´s speech (el discurso del rey)


No es raro encontrar gente (me cuento entre ellos) a la que las películas sobre la realeza le resultan casi completamente indiferentes. El problema de base para muchos, es el de encontrar un vínculo afectivo con la historia, algo que nos ate a lo que estamos viendo durante un par de horas; en esencia, un “motivo” para seguir mirando. Pero es difícil, cuando la vida de los reyes suele ser tan alejada de la de nosotros, espectadores y simples mortales a la vez. Tom Hooper destruye por completo ese preconcepto con “The King´s Speech”, que retrata la lucha del Rey George VI (Colin Firth)  contra la tartamudez que le imposibilita por completo dirigirse a un público y su búsqueda de ayuda en el actor fracasado y casi fonoaudiólogo Lionel Logue (Geoffrey Rush). El drama Real se convierte aquí en un drama cotidiano, común, ajeno a los palacios y el protocolo: la imposibilidad de comunicarnos.
Hooper se atreve a llevar lejos el experimento de reformular el género de “film de realeza”, alejándolo del formato habitual del drama histórico (o más bien, encarándolo desde otro lugar), permitiendo al espectador empatizar con el George VI (“Bertie”), puesto que, aunque no todos podemos comprender el conflicto que conlleva equivocarnos en el orden de un juego de cucharitas de té, es más que posible, casi certero, que no exista en el planeta alguien que no se haya enfrentado a una situación, momento, persona, frente a la que las palabras no salen, se confunden, se equivocan…
La realeza es entonces la excusa del director para plantarnos frente a nuestra propia dificultad de expresarnos, y Colin Firth (brillante en el papel) es el encargado de acercarnos a la misma. Lo acompaña en el rol de “maestro” el genial Geoffrey Rush, que lejos de ser un complemento para Firth (¿por qué tenemos que aceptar que este papel sea de actor secundario?) es un personaje acabado y completo en sí mismo, tan protagonista como el monarca.
Hay una cualidad casi teatral en la puesta en escena de “The King´s Speech”, usada por Hooper con maestría para ubicar a Firth frente a dos públicos: el pueblo como rey, y nosotros, los espectadores, como actor. Al convertir de alguna manera su performance cinematográfica en una actuación casi de teatro, la cercanía es más que inevitable, favoreciendo la intención original del autor al proponer el conflicto de base de la película.
The King´s Speech” funciona entonces en dos niveles completamente interdependientes. Como drama real e histórico en gran parte, pero permitido solamente por la apuesta del director de acercarnos a ese drama desde nuestra propia realidad. Frente a las dificultades reales, al desafío que debemos superar, no existen títulos que nos difrencien. En ese sentido, la realeza se vuelve un tanto más humana, y en la superación, nosotros nos volvemos un tanto más Reales.

4.0/5.0

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Gonza