sábado, 30 de junio de 2012

project x (proyecto x)


Un trío de estudiantes poco populares deciden realizar una gran fiesta de cumpleaños en la casa de uno de ellos aprovechando la ausencia de los padres, pero las cosas pronto se escapan de su control. ¿Suena familiar? Lo es, es probablemente la trama de otras trescientas películas de adolescentes. Entonces, ¿qué es lo que tiene Proyect X para aportar a la ya larga lista de films con estas características?: absolutamente NADA.

Los personajes son irrelevantes y no despiertan el más mínimo de simpatía. Todo el film es una apuesta a ser el más "over the top" de la manada, pero descontando el clímax (que luego de haber sobrevivido a la hora anterior no se las ingenia para ser entretenido, sino simplemente absurdo) no hay suficiente alcohol, sexo, drogas, vómitos e idioteces que puedan elevar un film por encima de la gigantesca cantidad preexistente de alcohol, sexo, drogas, vómitos e idioteces que ya vimos. La única apuesta que podía haber salvado este film del montón y convertirlo en algo diferente era la premisa del registro documental, un intento de Blair Witch Project (1999) de la comedia (el film es incluso "homenajeado" sin éxito en una corta escena intrascendente), con filmaciones encontradas a modo de testimonio, que es como se describe el film en el letrero inicial pero también se cae a pedazos rapidamente, cuando el "documental" se transforma simplemente en una edición común y corriente de distintas cámaras en mano. No hay riesgo ninguno, solo conveniencia. Cada toma que "se necesita" aparece, cada ángulo, cada situación convenientemente encuentra una cámara. Se pierde el juego y se revela la falta de carisma de los involucrados.

De la hora y media de film, la mitad es en esencia un eterno videoclip de canción de verano de MTV, excusa para mostrar adolescentes sin remera y tratar de hacernos olvidar que debería haber, aunque sea ínfima, una pequeña historia. 

La culpa no es enteramente de los creadores del film. En el momento en que como sociedad habilitamos a nuestros compañeros en el mundo a creer que es interesante sacar una foto de mi ropero desordenado y subirla a una red social, estamos permitiendo que más y más de estos engendros se lleven al cine. ¿Qué es esto? Nada ¿Qué es interesante en esto que estoy mostrando? Absolutamente nada. Y no estamos hablando de cine minimalista en este caso. Decir que Proyect X es el Animal House (1978) de nuestra generación, como más de un crítico sugiere, es o bien la escupida más grande en el rostro de National Lampoon´s, o la prueba irrefutable de que no hay salvación posible para nuestra especie.

A nivel personal (como todo lo anterior por supuesto), el único reconocimiento que puedo otorgarle a este film es el de ser el peor puntuado hasta ahora en mi blog

0.5/5.0

Que Dios se apiade de mi alma
Gonza

viernes, 29 de junio de 2012

gone (12 horas)


Heitor Dhalia, director brasilero de À Deriva (2009) debuta en Hollywood con Gone que en inglés significa, como todos sabemos, 12 horas.

Jill Conway (Amanda Seyfried) no escapa de los fantasmas que aún la persiguen un año después de su secuestro. Trabaja en un cafetería de turno nocturno, toma medicación, pierde los estribos en sus clases de defensa personal y recorre obsesivamente cada tramo de un gigantesco parque en Portland buscando el pozo donde su secuestrador la tuviera cautiva, luego de que las autoridades locales dejaran de hacerlo al creerla demente. Al llegar una madrugada del trabajo, descubre que su hermana ha desaparecido y se convence de que fue secuestrada por la misma persona que la secuestró a ella. Ignorada por la policía, que considera que todo (el pasado y el presente) es fruto de su delirio, Jill se ve forzada a emprender ella misma la búsqueda si es que quiere recuperar a su hermana con vida.

Es difícil llevar la cuenta de la cantidad de thrillers que se ruedan por año, principalmente porque es un género para el que parece haber infinidad de propuestas. La única contrapartida es que, siguiendo la noción general, cantidad y calidad no van de la mano. Gone tristemente cae dentro de esa gigantesca bolsa de films que no se esmeran y juegan el juego con las reglas de siempre, gastadas, conocidas y ya francamente aburridas. La base del suspense intenta sostenerse en el juego de hacernos dudar de la cordura de Jill durante la duración completa de la película: ¿fue realmente secuestrada su hermana, o es todo esto una alucinación de una mente inestable? Pero sin atreverse a demasiado, posiblemente en la primer media hora de película ya tengamos la respuesta en nuestra mente(y créanme, le acertaron).

La principal falla de Gone está en su guión, cargado al extremo de "red herrings" (pistas irrelevantes) y en la acera opuesta, de revelaciones totalmente incidentales que se convierten en verdades (Jill encuentra una cinta pato igual a la que utilizaba su secuestrador y se transforma en una pista incuestionable... Jill, yo tengo una cinta pato igual a esa y a todas las cintas pato del universo y juro que no secuestré a tu hermana), así como personajes que no aportan nada a la intriga. El acto final de resolución es francamente pobre y carente de inspiración, con un final que pretende ser abierto, pero que es en definitiva sin sentido.

Lo más triste de este film es que Amanda Seyfried demuestra nuevamente que tiene madera de buena actriz, pero no logra dar en el clavo con ofertas que le permitan demostrar su valía. Peleando contra líneas como "dormiré cuando esté muerto", Seyfried realmente pone todo de sí y hasta nos convence de que tenemos algo de afecto por Jill en medio de todo el sinsentido. Es el único aspecto rescatable de esta película, y nos hace desear que esta chica finalmente tenga su oportunidad.

1.5/5.0

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza


jueves, 28 de junio de 2012

a dangerous method (un método peligroso)


Los temas tradicionales de la filmografía fundamental de David Cronenberg (The Fly, M.Butterfly) regresan en su versión más despojada en A Dangerous Method, un film que parecía una decisión curiosa y a la vez completamente acertada para este director.

Ambientada en la Europa pre Guerra Grande, A Dangerous Method es la historia de los encuentros entre las dos figuras fundamentales de la psicología de principios del siglo XX: Carl Jung (Michael Fassbender) y Sigmund Freud (Viggo Mortensen) y la exposición de sus líneas de pensamiento tomando como centro la figura de Sabina Spielrein (Keira Knightley). Spielrein llega a la consulta del Dr. Jung con un caso marcado de histeria. Allí, utilizando los recientes avances de Freud en el psicoanálisis, Jung trata a su paciente para descubrir el detonante de su condición en el constante abuso y consecuente estado de excitación que sufrió de niña en manos de su padre. Jung descubre en Spielrein una mente con enorme capacidad y comienza a orientarla en su carrera en la medicina mientras que mantiene con ella una relación amorosa y se involucra con Freud en lo que será el desarrollo de sus dos métodos.

A Dangerous Method no es, con seguridad, un film para ser visto por todo el mundo, ni entretenimiento sencillo para una tarde de cine. Llevada absolutamente por el dialogo y con carencia absoluta de movimientos físicos, no puede ser catalogada tampoco con el sencillo rotulo de "drama". Pero lejos de ser una falla, el film en su totalidad está cargado de esta intencionalidad, la de ser deliberada, provocadoramente "insulsa", despojada. Este es un Cronenberg en el pico de su intelectualidad, que busca disfrazar en el film la pulsión, lo latente, replicando en gran medida el objeto de estudio de sus personajes.

Este film es 100% Cronenberg, trasladado a un nuevo recipiente. Las temáticas habituales de la filmografía del director canadiense se apoderan del film no mediante la imagen, sino a través del propio diálogo de dos de las mentes más relevantes del siglo XX. La humillación, la violencia, la sexualidad, todas las palabras clave del Cronenberg clásico se exponen mediante las brillantes conversaciones de Freud y Jung, a punto tal de que cada diálogo es prácticamente un repaso por los temas centrales de la carrera de este director.

Cronenberg acierta nuevamente en el casting y tratamiento de sus personajes: Viggo Mortensen, su actual "actor fetiche" es fascinante como Sigmund Freud, compitiendo únicamente con el nuevo niño de oro: Michael Fassbender, hierático, constreñido y brillante en el papel de Jung. Knightley se repone luego de un inicio francamente sobre actuado y presenta con solidez a la mujer de la disputa. El trío asume a la perfección la tarea de representar con crudeza los tabúes y las vanidades del siglo XX. 

La fotografía acompaña con cuidado el profundo cinismo de esta sociedad y de los hombres de este tiempo, es fría, impasible, de blancos sobreexpuestos y frialdad sugerida aún en los planos en que la calidez se hace evidente.

Cine cerebral, intenso en sus propuestas aunque haya que dejar de lado el pop

3.5/5.0

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza

miércoles, 20 de junio de 2012

prometheus (prometeo)


El cine de ciencia ficción tiene mucho que agradecerle a Sir Ridley Scott. MUCHO. Y aunque el sci-fi no abunda en su contundente filmografía, tanto Alien (1979) como su adaptación de la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? en Blade Runner (1982) son piezas fundamentales y clásicos indiscutidos del género. En el 2012, más de treinta años después, Scott decide regresar al universo con el que cosechó su primer gran éxito.

"Prometheus comparte el ADN de Alien" citan varias entrevistas con sus creadores, y es una expresión que puede resultar un arma de doble filo, si se tiene en cuenta que Prometheus de hecho replica prácticamente en su totalidad la estructura de Alien. Con otros personajes y otros nombres (Prometeo por Nostromo, Shaw por Ripley, David por Ash...), la estructura en actos del film es prácticamente una réplica del original de 1979 desde la llegada al planeta desconocido hasta el climático enfrentamiento entre la protagonista femenina y...bueno, vean la película. Donde esta precuela se despega por completo de Alien, a veces acertadamente y otras no tanto, es en su alcance filosófico y trascendental. El guión de Lindelof y Spaihts es ambicioso y provocador, pero lejos de perfecto, falla con claridad en algunos aspectos, y en otros resulta complejo de asimilar.

Los tripulantes de la nave Prometeo se adentran en el planeta LV-223 esperando encontrar el origen de la vida humana en la Tierra, luego de que los científicos Elizabeth Shaw (Noomi Rapace) y Charlie Holloway (Logan Marshall-Grenn) identifiquen en repetidas pinturas rupestres la presencia de unos seres humanoides, (los "Ingenieros", nuestros posibles creadores), indicando un sistema planetario específico en el cielo. Lo que descubren sin embargo, es que nuestros ancestros tienen en mente regresar a la Tierra para destruir la vida en la misma. 

La ciencia ficción tiene su lugar en el podio junto a la filosofía y la religión a la hora de hacerse las preguntas trascendentales de la especie humana: ¿quiénes somos? ¿de donde venimos? ¿qué nos hace lo que somos? ¿qué es el alma? ¿somos parte de un gran plan o solo una cadena evolutiva?, son solo algunas de ellas, y Prometheus no tiene miedo de planteárselas y de ser chocante al responderlas. Quizás el problema mayor sea el de tratar de abarcar demasiado en la duración de una sola película, aunque se deje abierto el planteo para posteriores entregas (Lindelof se planteó todas estas preguntas a lo largo de seis años en LOST). Todo el film está cargado de profundo simbolismo, de forma explícita pero también con contenidos subyacentes que surgen luego del visionado del film, y que hacen inminente al menos, verlo por segunda vez para captar en su totalidad el espectro de los temas propuestos en mejor medida. Imágenes de la tradición judeocristiana, la grecorromana cargan a Prometheus de intencionalidad a la hora de interpretar el rol de los Ingenieros en la historia de la humanidad, desde la concepción de Elizabeth (Isabel), una mujer estéril que descubre estar con tres meses de embarazo (¿suena familiar?), hasta la sugerencia de un Cristo extraterrestre, cuya crucifixión (presente como una constante en el film) habría hecho cambiar la opinión de los Ingenieros hace "aproximadamente 2000 años" al respecto de su obra. El inconveniente de este grado de planteos y de simbolismo es, como planteaba más arriba, que parece necesitar de más tiempo para desarrollarse, convirtiendo al film más en una preparación para lo que viene, un set up, que en una película completa y redonda en sí misma.

Otro aspecto en el que Prometheus falla en comparación con las entregas originales de Alien es el la conformación de una tripulación (cast) por la que el espectador pueda desarrollar afecto. Quizás diecisiete tripulantes sean demasiados en comparación con los siete (bueno, ocho) del Nostromo. No existe desarrollo posible para tanta gente mientras se hace avanzar una historia con estos grados de complejidad, y se cae tristemente en el absurdo con algunos de sus personajes (¿por qué motivo los dos científicos que huyen de vuelta hacia la nave asustados por un cadaver se pondrían luego a acariciar una larva-serpiente-alien?). Quienes que se salvan, en gran medida gracias a la fuerza de sus interpretes, son el robot David (un brillante Michael Fassbender robándose cada una de sus escenas) y la versión Prometheus de Ripley, la doctora Shaw, que sin llegar a los niveles de Sigourney Weaver, brilla con luz propia en los momentos más exigentes para su personaje.

Donde Prometheus se luce a niveles que exceden las expectativas es en la ejecución de Scott: Prometheus es, sin miedo a exagerar, un verdadero banquete visual, que hace un uso magistral de las posibilidades que brinda el 3-D (y suelo ser bastante contrario a este formato). La secuencia inicial no tiene nada que envidiarle a films de la talla de Baraka (Ron Fricke, 1992) y de ahí en más, Scott da una clase de estética en el cine de la que muchos deberían aprender en la que se permite contraponer los retratos más hermosos de un planeta, con el gore más visceral en una inolvidable escena que quita el aliento y que involucra a una desesperada Shaw encerrada en una cápsula médica. No existe pantalla verde ni computadora que puedan competir con la contundencia y sensación de realidad de un set bien construido (George Lucas debería tomar nota), y menos aún cuando están diseñados por el gran H.R. Giger. Visualmente, Prometheus es probablemente uno de los films más relevantes de los últimos tiempos y el tiempo determinará el lugar que le corresponda en la historia del cine, que en opinión de quien firma, bien se sostiene al lado de los grandes.

Aunque fallida en algunos aspectos, Prometheus entretiene y sobre todo, cuestiona, provoca y reflexiona. 

3.5/5.0

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza

miércoles, 13 de junio de 2012

snow white and the huntsman (blanca nieves y el cazador)


Todos conocemos aunque sea por ósmosis la historia de Blanca Nieves y sus elementos centrales: Blanca Nieves, su malvada madrastra, el espejo mágico, el bosque encantado, el cazador, los enanos, la manzana... ¿Qué ocurre entonces cuando a todos esos puntos característicos del cuento de hadas los trasladamos al terreno de la acción épica? La respuesta es: un gran problema.

Snow White and the Huntsman (Rupert Sanders) parte de la historia tradicional. El rey y la reina tienen una hermosa hija de piel muy blanca y labios rojos como la sangre, a la que llaman Blanca Nieves (Kristen Stewart). Tiempo después de la muerte de la reina, el rey rescata a un mujer, Ravenna (Charlize Theron) de sus supuestos secuestradores y la toma por esposa, acto que la mujer agradece asesinándolo en la cama en su noche de bodas. Ravenna toma entonces el control del reino y encierra a Blanca Nieves en una alta torre durante años, en los que la nueva reina se dedica a destruir sus dominios y consumir la juventud de sus mujeres, en un afán de mantenerse siempre la más bella (con espejo incluído). Al igual que en la historia tradicional, todo cambia cuando Blanca Nieves alcanza la edad adecuada y se convierte en la más bella del reino, motivo por el que la reina decide asesinarla, a sabiendas de que comerse su corazón la convertirá en inmortal (¿?). Blanca Nieves escapa de la torre en lo que solo puede ser descrito como un homenaje medieval a The Shawshank Redemption (Frank Darabont, 1995) y se interna en el bosque (no es el único film del que parece tomar prestado material). Carente de poderes mágicos en ese lugar, la reina decide enviar a una hueste de asesinos guiados por un cazador (Chris Hemsworth) que conoce el bosque encantado. Cuando finalmente la encuentra, el cazador duda en matarla, y escapa con ella de los enviados de la reina, para llevarla junto a los rebeldes que quieren recuperar el reino del antíguo rey.

El problema fundamental de Snow White and the Huntsman está en el accidentado guión de Evan Daugherty. No existen en el film tiempos para desarrollar los elementos que podrían hacerlo más interesante, ni para generar respuestas verosímiles de los personajes frente a lo que ocurre. Y no se trata aquí de falta de tiempo, ya que hay varios minutos que le sobran a las dos horas y siete minutos totales, sino de intenciones poco claras en cuanto a lo que se presenta. Sistemas de imágenes y de objetos se presentan para ser luego abandonados sin explicación a lo largo de la película, así como ideas que se presentaban como centrales, como la suerte de lazo místico que une a Blanca Nieves con Ravenna; mientras tanto, se consumen minutos intentando "humanizar" a Ravenna con flashbacks de sus orígenes, sin tener en cuenta que el personaje necesita ser 100% maligno, sin ningún tipo de ambiguedad (aunque siendo francos, los flashbacks tampoco lo logran). Los giros dramáticos de los personajes se vuelven intrascendentes al apurarse el film en hacer avanzar la acción: en un momento, el cazador decide dejar a Blanca Nieves, solo para regresar treinta segundos más tarde. La relación entre Blanca Nieves y el cazador cambia de tono constantemente y sin argumentos  que sustenten el cambio, y se pierde la oportunidad en el apuro, de desarrollar momentos que resultaban a primera vista más interesantes, como las "técnicas de supervivencia" que el cazador comparte con la princesa. El lugar de la épica parece forzado en un film que podría haberse beneficiado mucho más de ser un "cuento de hadas", y llegamos así a un clímax despojado de toda mística y transformado en una escena de batalla épica sin demasiado interés, liderada por la joven Blanca Nieves que aparentemente luego de toda su vida encerrada en una torre, tiene la capacidad suficiente para liderar un ejercito a la par de William Wallace.

Las actuaciones son desparejas, y quien sale mejor parado es ciertamente Hemsworth interpretando al cazador, el único personaje que, aún con una historia que da saltos inexplicables, genera algún tipo de simpatía. Theron sobre actúa prácticamente cada escena gritando sin sentido, y el humor en internet sobre Stewart es completamente verificable en este film si nunca vimos ninguna entrega de la saga Twilight: esa chica está físicamente incapacitada para sonreir. El punto que se salva de Snow White and the Huntsman es la intención estética y paisajística de Sanders, en colaboración con un director de fotografía muy competente: el retrato de las locaciones en Gales toma buena influencia del Jackson de Lord of the Rings, y se combina con lo grotesco generando interesantes contraste visuales.

1.5/5.0

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza