martes, 24 de enero de 2012

happythankyoumoreplease



Antes de comenzar a escribir siento la obligación de aclarar que llego a happythankyoumoreplease  vía How I met your mother, sitcom por la que profeso amor incondicional como cualquier lector de este blog debe saber; y que es muy probable que de no ser por HIMYM no hubiese siquiera escuchado de este film, en el que debuta como escritor y director el también actor Josh Radnor, Ted Mosby en la serie mencionada. De hecho, es posible que mi amor por la serie pueda nublar de alguna forma mi percepción de esta obra, sobre todo en aquellos puntos en que ambas propuestas parecen encontrarse.

Sam Wexler (Radnor) es un escritor neoyorquino de escaso éxito, intentando conseguir una editorial que publique su nueva novela y viviendo como se vive a los treinta en New York,  hasta encontrarse en el metro con un niño (Michael Algieri) que escapa de su hogar sustituto y con el que comienza a entablar una suerte de amistad mientras que inicia una relación romántica con Mississippi (Kate Mara). La historia de Sam se narra en paralelo a otras dos, protagonizadas por amigos del protagonista: Annie (Malin Akerman), una mujer con alopecia (es completamente calva) que busca al hombre correcto, y Mary Catherine y Charlie (Zoe Kazan y Pablo Schreiber), una joven pareja debatiéndose entre la vida en New York o mudarse a Los Angeles, cuya química en escena deja deseos de que la película fuese un poco más larga (apenas 1 hora y media) para ver más del dúo.

Radnor no toma grandes riesgos en lo que refiere a su personaje, que bien podría ser una versión más dramática de su televisivo Ted Mosby, pero si muestra gran sensibilidad a la hora de escribir a sus protagonistas. Hay mucha inteligencia detrás de cada línea en happythankyoumoreplease, necesaria para una película que carece de movimientos “físicos” para hacer avanzar la historia. Aún así, Radnor usa el dialogo de la forma más minimalista que encuentra y coloca en boca de sus personajes las palabras justas para desarrollarlos de forma creíble, no hay palabras de más en las relaciones de este grupo de gente, sólo las necesarias para el entendimiento de lo que ocurre por parte del público, y más importante aún, de los propios personajes. Únicamente algunas líneas de Akerman parecen hacer demasiado explícita la “moral” del film, pero Radnor se ha ocupado previamente de hacer corresponder ese tipo de discurso con el personaje de Annie, de modo que no resulte tan forzado como podría.
Hay cuidada preocupación en happythankyoumoreplease en resaltar todos aquellos aspectos que parecen alejar el film del mainstream más habitual: Radnor hace hincapié en el uso de la música (Indie fundamentalmente), su elección de fotografía y trabajo de cámara para dejar constancia de que se trata de un film independiente. Y si bien podría considerarse una especie de “capricho estético”, funciona en la medida en que permite separar con el lenguaje fílmico lo que no se separa con el guión.

Lo que quizás sea el punto más valioso de happythankyoumoreplease es la forma en que presentea la realidad de una franja etárea y social en la ciudad más importante del mundo, sus preocupaciones, fracasos, rutinas y relaciones. Existen ciertamente algunos puntos flacos en el guión y ejecución del director, pero lo que resulta incuestionable es el aura de honestidad que impregna este film. Hay algo que el Radnor quiere contar y lo hace exponiéndose de la forma más real que logra. Al menos a mi me deja con interés en Liberal Arts, su próximo film a estrenarse este año

3.5/5.0

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza

lunes, 23 de enero de 2012

the adventures of tintin (las aventuras de tintín)



En 1983 una reunión acordada entre el dibujante belga Hergé y el director Steven Spielberg nunca tuvo lugar: la misma semana en que habían pactado conocerse, el creador de Las Aventuras de Tintín murió luego de una larga enfermedad. Pero aún sin encontrarse personalmente, el nexo había sido creado de antemano: mientras Hergé aseguraba que el único director capaz de adaptar a su personaje al cine era Spielberg, este se fascinaba descubriendo las aventuras del reportero europeo, luego de que le fueran señalados los puntos en común que guardaba con Indiana Jones. Spielberg recibió de la viuda de Hergé los derechos para una adaptación fílmica del personaje ese mismo año, pero fueron dejados de lado rápidamente: la indecisión del director al respecto de qué aventura adaptar y quiénes deberían ser los intérpretes pondrían el proyecto en un cajón, pero sin cerrarlo definitivamente.

Casi treinta años más tarde, en colaboración con el productor Peter Jackson y usando la tecnología del “motion capture”, Steven Spielberg finalmente realiza su sueño de llevar a Tintín a la pantalla grande.
Para alguien que creció leyendo a Tintín la intención de objetividad resulta una tarea difícil, más aún cuando al parecer la película parece tan carente de puntos flacos, que quien firma se cuestiona si su fanatismo no estará nublando el buen juicio; pero no: The Adventures of Tintin es efectivamente tan buena.

Spielberg sigue a grandes líneas el argumento del álbum “El secreto del Unicornio”, incorporando a su vez elementos de “El tesoro de Rackham El Rojo” y “El cangrejo de las pinzas de oro”, más una gran cantidad de referencias escondidas e ideas propias. A pesar de haber sido promocionada en algunos países como “El secreto del Unicornio”, la película no busca ser una adaptación ajustada de un álbum específico del personaje, pero los fundamentalistas de Tintín no tienen que ponerse nerviosos, lo que sí es completamente ajustado en el film es el espíritu de la obra de Hergé; y es que en eso ha sido un absoluto experto Spielberg durante años: el narrador por excelencia captura la esencia de cada uno de sus proyectos y la convierte en magia fílmica.

Lo fascinante de The Adventures of Tintin es que es 100% Tintín, a la vez que es 100% Spielberg. Se trata del encuentro de dos íconos fundamentales de las artes del siglo XX, pero ninguno se impone sobre el otro, no hay una figura dominante, la comunión es tal que confirma la intuición de Hergé en el 83.  El tono de los cómics se reproduce con gran fidelidad: allí están el humor, las locaciones exóticas, el misterio, la aventura y por sobre todo los personajes, retratados con asombrosa fidelidad. Pero también están allí todas las cosas que hacen grande a un film de Spielberg, aún en un campo relativamente nuevo para él. Nadie podrá negarle jamás a Spielberg, además de la magia de su cine, el ser un soberbio técnico, y existen escenas de acción en The Adventures of Tintin que no hacen más que confirmarlo: la persecución en moto en Bagghar es una muestra del grado de excelencia con la que Spielberg maneja los movimientos de cámara, y que no engañe la animación computarizada, basta recordar algunos de los momentos más electrizantes de Minority Report o War of the Worlds para comprobar que la destreza del director se beneficia de los aportes de la tecnología, pero no depende de ellos.
The Adventures of Tintin es una gran oportunidad para conocer una de las piezas fundamentales del noveno arte aquellos que aún no tuvieron el gusto, y un deleite para los viejos conocidos

4.5/5.0

Gracias por leer, son una pandilla de marineros de agua dulce, cataplasmas, bachibouzucs!
Gonza 

domingo, 22 de enero de 2012

mission: impossible - ghost protocol (misión imposible: protocolo fantasma)



Cuando Mission: Impossible II (John Woo, 2000) se estrenó, todo parecía estar perdido: aquella compleja red de intrigas, traiciones y espionaje que había tejido con éxito Brian De Palma en Mission: Impossible (1996) se había convertido en un festival de explosiones sin sentido y sonrisitas insoportables del agente de la IMF Ethan Hunt (Tom Cruise), sin contar las inexplicables palomas fetiche del director. Y aún cuando el devenir en un espectáculo cada vez más carente de inteligencia parece ser la regla natural de la gran mayoría de las franquicias de acción, esto había ido demasiado lejos. Sin embargo, en el momento en el que la carrera de Tom Cruise parecía más dañada por una suerte de moda de “odiemos sus películas porque no soportamos su vida personal”, el actor neoyorquino decidió aliarse con la gente de la productora  Bad Robot para resucitar la serie y sobre todo, devolverle la dignidad a su protagonista, el agente Hunt. Bajo la dirección de J.J. Abrams (Star Trek, Super 8), Mission: Impossible III (2006) encontró el punto de equilibrio entre los dos primeros films que la franquicia necesitaba para sobrevivir  y convirtió al agente Ethan Hunt nuevamente en un personaje interesante y querible para el público. Continuando en  esta línea es que llega Mission: Impossible – Ghost Protocol.

Cuando un atentado al Kremlin es tomado por Rusia como una agresión norteamericana del IMF, el gobierno americano inicia el Protocolo Fantasma, desactivando por completo el IMF, desligándose de sus agentes y sus acciones. Hunt conformará un equipo clandestino para impedir que los autores del atentado puedan dar inicio a una guerra nuclear, y de paso limpiar el nombre de la IMF. La tarea más difícil sin embargo, recae sobre el director Brian Bird (The Incredibles, Ratatouille) al debutar con actores de carne y hueso en una producción de este calibre. El resultado es más que aceptable: Bird retoma el aproach de Abrams en el tercer film, equilibrando cuidadosamente la intriga con el humor, espectaculares escenas de acción y (con algunos éxitos y algunos fracasos) el desarrollo de personajes; pero lejos de imitar a su predecesor y buscar la secuela segura, el director se propone techos muy elevados especialmente en lo que refiere a la técnica. Prueba principal de esta intención posiblemente sea la escena en el exterior del rascacielos Burj Khalifa en Dubai, el edificio más alto del mundo, rodada íntegramente en IMAX. Bird nos deleita visualmente mientras cuelga a Tom Cruise a escalar la fachada externa del edificio, se da el lujo de continuar ese festín visual con una espectacular persecución en medio de una tormenta de arena, y nos hace considerar seriamente la posibilidad de cruzar el charco al menos para ver esa fotografía en todo su esplendor.

Bird no se contenta únicamente con la proeza técnica, sino que explora además algunas posibilidades de la franquicia no tocadas anteriormente: por primera vez en la serie tenemos la impresión de estar frente a un equipo del ÏMF y no a Ethan Hunt más sus seguidores de turno, aproximándose mucho más a su versión televisiva. La selección de un equipo con fuerte presencia en la pantalla es la clave: Paula Patton funciona bien como la fémina principal, aún cuando su backstory sea posiblemente lo más flojo de la película. Simon Pegg retoma su papel en el film anterior, pero ahora como parte fija del equipo e inevitable comic relief, pero quien más impresiona es  Jeremy Renner como el agente William Brandt, de gran química con la estrella principal y fuerte personalidad en sus momentos individuales.  Cruise sin embargo, sigue siendo la quintaescencia del galán/héroe de acción, y los detractores de su vida personal tendrán que reconocerle aquí (como tantas otras veces) su innegable carisma a la hora de llevar adelante una película de este porte: nómbrenme otro actor que no utilice dobles de acción para escenas como las del rascacielos en Dubai y puede que lo reconsidere, pero de momento, Cruise vuelve a acertar con esta cuarta entrega de Mission: Impossible

3.5/5.0

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza

p.d.: puede que mi cabeza “lostie” vea cosas donde no las hay, pero en una película de Bad Robot, producida por J.J. Abrams, con música de Michael Giacchino y un cameo de Josh “Sawyer” Holloway, me resulta imposible pasar por alto una de las famosas catchfrases de LOST…presten atención

martes, 10 de enero de 2012

promesas, promesas...

mi resolución del 2012, para todos ustedes: mínimo UNA actualización mensual del blog...enero arranca con Tintín y Ghost Protocol, así que capáz que van hasta dos...


Gracias por volver a leer, son un público maravilloso
Gonza