domingo, 27 de febrero de 2011

winter´s bone (lazos de sangre)


Una de las grandes ventajas de las que el cine americano independiente se ha permitido sacar provecho, es la libertad absoluta de planteos si lo contraponemos a las estructuradas reglas de Hollywood. Ventaja entendida en favor de una aproximación más real, menos idealizada a la vida en los “states”. Aquí no existe el compromiso con el “sueño americano”, el héroe de la clase obrera no tiene por qué triunfar, el sacrificio duro y constante no siempre da recompensa, los personajes idealistas, intachables e incorruptibles no encuentran el aplauso en una sociedad corrupta, el pequeño no se puede abrir paso y triunfar frente a los monstruos que todo lo controlan. Como mucho, y con suerte, podrá sobrevivir.
Ree Dolly (Jennifer Lawrence) es una mujer adulta con solo 17 años. Cuida de sus dos hermanos pequeños y de su madre que decidió “desconectarse” de la realidad mientras atiende la casa y el negocio de la leña familiar en una comunidad rural en la meseta de Ozark, alejada de la “civilización”. Cuando la noticia de que su padre, conocido en la región por su vinculo con la producción de metanfetaminas, salió bajo fianza usando la casa y el terreno de la familia y que de no presentarse a juicio, la familia perderá todo lo que tiene, Ree se pone en marcha para localizarlo y garantizar la seguridad de su familia.
En su segundo largometraje como directora, Debra Granik pinta en Winter´s Bone un escenario sumamente cruel. En él, la convicción de su protagonista de que actuar de forma decente y honesta le conseguirá al final resultados, se va chocando constantemente con la verdadera dinámica de su entorno, manejada por códigos que son más fuertes que los ideales casi ingenuos de la joven. La realidad parece luchar por consumir la determinación de Ree, a medida que nosotros, los espectadores, vamos descendiendo en un espiral sombrío que nos revela los rincones olvidados por el cine del sueño americano, y la desesperanza crece mientras las posibilidades de encontrar al padre de la protagonista se van esfumando.
La historia funciona además casi a nivel de excusa para presentarnos el muestrario de la “fauna” de estas regiones postergadas por los carteles luminosos, cuya única aspiración, como se nos muestra en una de las escenas iniciales dentro del colegio de Ree, es el ejercito o la maternidad.
La actuación de Lawrence dota a Ree de una firmeza que no desfallece aún frente a las trabas de su entorno, y es quizás, junto con el paulatino descubrimiento del personaje de su tío Teardrop (un excelso John Hawkes), el único atisbo de luz en un lugar que se ha ido ganando su oscuridad a causa de las elecciones de sus habitantes (palpable en la pantalla gracias a la esplendida y densa fotografía)

3.5/5.0

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza

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