jueves, 17 de febrero de 2011

the kids are alright (mi familia)


Hay un sentimiento extraño que emerge cuando uno termina de ver esta película, que podría verbalizarse en algo similar a “¿qué pasó acá?” (concretamente, en el acto final). Lisa Cholodenko, quien dirige y escribe The Kids Are Alright tiene un pasado de trabajo en la televisión en series como Six Feet Under o The L Word. Se descubre homosexual temprano en su juventud, y hoy vive en pareja con una cantante con la que tiene un hijo, concebido vía un donante anónimo de esperma. ¿Por qué este hincapié en los pormenores de su vida privada? Porque de hecho The Kids Are Alright toma diversos elementos de la vida de la propia directora,  y sin ser una película autobiográfica, es indudable afirmar que es, como mínimo, bastante personal para su autora.

Nic y Jules (Annette Bening y Juliane Moore respectivamente) son una pareja homosexual con dos hijos adolescentes, Joni y Laser (si…Laser), concebidos ambos con el esperma de un mismo donante, uno por cada madre. Pocos días antes de irse a la universidad, Joni (Mia Wasikowska), respondiendo a la curiosidad de su hermano, decide ponerse en contacto con el donante, Paul (Mark Ruffalo). Los tres comienzan a encariñarse, lo que genera reacciones opuestas en sus madres: mientras Nic se opone al vínculo que trastorna su realidad familiar, Jules accede a decorar el jardín de Paul y termina (de la nada) acostándose con él.

El problema con The Kids Are Alright es que el “statement” a favor de la funcionalidad de una familia con dos madres homosexuales, se construye desde una base de visible resentimiento de la directora hacia el heterosexual y más concretamente, al hombre. El trasfondo del drama (es dificil leer esta película como comedia) a ojos de la cineasta es la inclusión del elemento heterosexual como disruptor de la armonía y no las complejas relaciones que preexisten en el film a la aparición del personaje de Ruffalo. Ante la oportunidad de crear un film que acorte las distancias, Cholodenko parece utilizar todo a su alcance por ensancharlas, llegando a una resolución con la que es prácticamente imposible comulgar. En su afán de convertir a Paul en “el malo de la película”, la directora lo abandona por completo sobre el final, negándole la posibilidad de cierre e ignorando el vínculo afectivo que la audiencia ha establecido con él. Lo cierto es que, de todos los personajes del film, es quizás con el de Ruffalo con quien más nos encariñamos, pero debemos aceptar en los últimos diez minutos que es “el villano” y que debe sufrir por serlo, dejando de lado las casi dos horas anteriores, en las que lo vimos aprendiendo a querer a sus hijos y buscando estabilizarse con ellos a su lado. Mientras tanto, Jules y Nic, personajes que podrían ser tanto o más “condenables” que Paul por su accionar en el film, son redimidos y enaltecidos por Cholodenko sin demasiada explicación ni credibilidad.

Si existe algo que salva el mirar The Kids Are Alright, son los esfuerzos de los protagonistas, particularmente Wasikowska, por darle credibilidad y profundidad a estos personajes por sobre las deficiencias del guión. Ruffalo brilla con lo poco que tiene su personaje para trabajar. Bening y Moore hacen su mejor esfuerzo con sus personajes (que aún así no alcanza en el caso de Moore, a la hora de salvar el pomposo discurso final).
Solo por el valor de las interpretaciones es que esta pelicula recibe un…

2.0/5.0

Gracias por leer, son un público maravilloso
Gonza

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