martes, 16 de octubre de 2012

re-watch: the x-files (2da temporada)

Un ojo medianamente observador y con algunos conocimientos básicos de lenguaje cinematográfico notará una constante en los primeros episodios de la segunda temporada de The X-Files: la cámara únicamente toma a Gillian Anderson en primer plano. No existen prácticamente planos abiertos de la actriz y cuando los hay, son siempre de espaldas o sentada con una gigantesca gabardina. ¿Cuál es el motivo de esta decisión formal tan poco usual? Poco antes de terminar la primer temporada, Anderson le informó a Chris Carter, creador y productor ejecutivo de la serie, que estaba embarazada; embarazo que evidentemente coincidiría con los rodajes de parte de la segunda temporada. En una serie de solo dos protagonistas, perder el 50% del elenco no era un problema menor, pero existían alternativas: el final de la primera temporada dejó a Mulder y a Scully alejados de su trabajo, con el cierre de la división de expedientes X y la correspondiente re-asignación de los agentes. Con Mulder y Scully trabajando separados, hubiese sido sencillo escribir algunos episodios en los que directamente Scully no participara, pero en lugar de tomar el camino fácil  Carter y su equipo elevaron las apuestas. Finalmente, el embarazo de Anderson sería todo lo que la serie podía haber deseado: el verdadero arco mitológico comenzaba.

El recorrido hasta el quinto episodio de la temporada se encarga de mostrarnos qué tan profunda es la relación de Mulder y Scully luego del cierre de los expedientes X, y sobre todo, qué tan dependiente se ha vuelto Mulder de su antigua compañera. Sin Scully, Mulder muestra su versión más oscura y desesperanzada, aun cuando la agente intenta rescatarlo de esa oscuridad. Un inteligente seteo que prepara el camino para someter a Mulder a lo peor que podría pasarle: la pérdida de otra de las personas más importantes de su vida.

En el capítulo doble "Duane Barry/Ascension", Scully es secuestrada por Duane Barry, un ex agente del FBI que afirma ser victima de repetidas abducciones extraterrestres. Hacia el final de Ascension, Scully desaparece, mientras Barry afirma que ha sido abducida por extraterrestres en su lugar. Este sería el comienzo "oficial" de lo que más tarde se conocería como el gran arco mitológico de la serie y funcional a la misma en más de un sentido. Es con este doble episodio que el personaje de Scully se "mete" finalmente en la historia. Toma su lugar en la serie más allá de ser la fiel compañera de Mulder, y elimina el problema real de la primer temporada, de tener un gran plan que involucra únicamente a la mitad del elenco. Ahora los expedientes X son la causa de ambos personajes, los involucran personalmente a ambos. Desde otro lugar, la abducción de Scully resulta ser el primero de una serie de incidentes que ponen a prueba constantemente la determinación de Mulder, en algo que se convertiría en una constante de la serie: someter al agente a toda la tortura psicológica y física imaginable. Mulder nunca fue ni será en el resto de la serie un personaje estilo "badass", pero lo que jamás podrá cuestionarsele es su espíritu, su resolución, y ese es uno de los puntos que pone en juego esta temporada. Mulder llega al final del año tras la pérdida y recuperación de su compañera, ha recuperado y vuelto a perder a su hermana, y perdido definitivamente a su padre, y aun así, no está dispuesto a dar marcha atrás en su búsqueda.

Tras el vampírico episodio "3", el regreso de Scully en el hermoso "One Breath" comienza a sentar las bases de lo que será la presentación del "gran tema" de la serie: la fe. El eslogan "I want to believe" no es simplemente una frase con gancho para The X-Files: en su lectura más profunda, toda la serie gira entorno a este tema, la capacidad de sus dos protagonistas de creer; en algo, en alguien, en "algo más"; en ocasiones coincidiendo y en otras discrepando, pero el recorrido último de nueve años de este creyente y esta escéptica será el de encontrar algo en qué creer. A este respecto, "One Breath" funciona como presentador de esta gran temática, mostrándonos al hasta ahora más frágil Mulder que habíamos visto en la carrera por salvar la vida de su compañera, finalmente cediendo y entregándose a la fe en una hermosa escena; y a Scully, debatiéndose entre la vida y la muerte, reencontrándose con una dimensión de su formación católica largamente perdida en su trabajo científico. La cruz de Scully será uno de los símbolos principales de esta temática a lo largo de toda la serie. 

La introducción de la mitología marca el punto más fuerte de esta temporada, y en consecuencia, los capítulos del arco mitológico resaltan particularmente por sobre los episodios independientes. De alguna manera, revelando más o menos en cada caso, todas las grandes líneas temáticas de la mitología de The X-Files quedan presentadas en esta segunda temporada: la experimentación y la abducción extraterrestre en el tríptico "Duane Barry/Ascension/One Breath" por un lado, mientras que el episodio doble "Colony/End Game", considerablemente lo más ambicioso de la serie hasta ese momento, presenta por primera vez el plan de colonización, los experimentos gubernamentales de clonación con ADN extraterrestre, la raza de los cazarrecompensas, y el abanico de posibilidades al respecto de la abducción de Samantha Mulder. Este excepcional capítulo en dos partes (en el que por primera vez de muchas venideras, Duchovny firma la co-autoría) además de hacer avanzar la historia macro de la serie, encuentra en su ritmo vertiginoso el tiempo para regalarnos instantes de gran introspección en la dinámica de la familia Mulder (así como hacía One Breath con Scully). Quizás uno de los mayores logros de la temporada sea el de desarrollar a la perfección la relación entre Mulder y su padre en solo tres episodios: hacia el final de "Anasazi" entendemos perfectamente el sentimiento de culpa frente a su padre que aumenta el tormento de Mulder por la desaparición de su hermana desde niño, mientras que se nos abren las puertas para preguntarnos que hay en el pasado de los Mulder que desconocemos y cuál es su vínculo con el fumador de cigarrillos.

Scully también es puesta a prueba sin descanso en esta temporada. Además de su abducción, en "Irresistible", el villano de turno Donnie Pfaster (otro de los pocos privilegiados con una secuela) vuelve a hacerla víctima de un secuestro. Esta vez, en ausencia absoluta de cualquier elemento paranormal, la agente finaliza el episodio quebrándose finalmente en brazos de su compañero, es un momento que le permite hacer catarsis no solo de ese episodio, sino de todo lo vivido en el último año y medio. La actuación de Anderson es estelar, y Duchovny acompaña. Ambos actores se superan constantemente, trabajan con gran versatilidad durante la temporada y dejan en claro que son de lo mejor que ha aportado su generación

Los episodios independientes, aun cuando no resalten puntualmente como hacían varios de la primer temporada, son un conjunto que en lo global resulta ampliamente consistente. La segunda temporada de la serie permite afianzar algunas fortalezas del año anterior, y consolida la que será reconocida hasta el día de hoy como una suerte de forma fílmica propia de The X-Files: los dolly lentos, la manera de captar los flares de las linternas, el uso del paisaje natural de las locaciones en Vancouver, la forma de iluminar la noche...una manera de filmar que, si bien no es creada en su totalidad por el equipo, se populariza y hace escuela gracias a la serie, y cuya influencia es fácilmente reconocible en productos de hoy en día. Una constante que hace que los espectadores no asiduos, sin recordar capítulos específicos de la serie, recuerden hoy que The X-Files los asustaba muchísimo. La temporada también se atreve a elevar las apuestas frente a lo mostrable en televisión, y a casi dos décadas de shows como The Walking Dead, todavía impacta por lo visceral y grotesco, género que desarrollaría hasta extremos insospechables en temporadas siguientes. El humor, un ingrediente sin el que hoy resulta imposible recordar la serie, también hace su (modesta) aparición en esta temporada, en la forma de capítulos como "Humbug" y en el desarrollo de una forma particular de comunicarse de los dos agentes especialmente luego del regreso de Scully.

El final de temporada, "Anasazi", aun en su calidad de cliffhanger, cierra una línea que se nos había planteado desde el inicio de la primer temporada: la de la confianza mutua; y la cierra no solo para los agentes, sino para nosotros los espectadores. A tal punto acompañamos el viaje de confianza de Mulder y Scully, que entendemos que algo está realmente mal en el momento en el que el agente le niega su confianza a su compañera. Podemos verlo actuar irracionalmente  podemos soportar que ataque a Skinner, pero no que niegue la confianza a Scully. Cuando finalmente Mulder se recupera, confirmamos el proceso de ambos personajes en estos dos años.

No sería del todo incorrecto decir que, de alguna manera, esta es verdaderamente la "primer" temporada de The X-Files. Todo el potencial que anunciaba el primer año aquí explota para mostrar por primera vez la serie que todos recordamos. Todas las líneas temáticas están ahora abiertas para lo que viene; nuevos personajes como X, el nuevo informante, o Alex Krycek, uno de los villanos más adorablemente odioso de la historia de la televisión ocupan su lugar junto a El hombre que fuma, o el todavía incierto Asistente de Director Walter Skinner. The X-Files juega a ser la mejor serie de su época, y con lo mejor todavía por llegar.

recomendados:

2X02 - The Host
2X05 - Duane Barry
2X06 - Ascension
2X08 - One Breath
2X10 - Red Museum
2X13 - Irresistible
2X14 - Die Hand Die Verletzt
2X16 - Colony
2X17 - End Game
2X20 - Humbug
2X22 - F.Emasculata
2X25 - Anasazi

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